Un caballero y su dama, temporalmente separados por circunstancias adversas, se comunican por mediación de un mensajero.
En un momento dado, la dama le envía al caballero un mensaje secreto y, para que no pueda leerlo el indiscreto mensajero, lo manda dentro de una caja cerrada con un candado.
El caballero no tiene la llave y la dama no puede enviársela, pues la lleva colgada del cuello con una cadena que no puede romper.
Tampoco se pueden romper el candado ni la caja. Sin embargo, el caballero acaba leyendo el mensaje. ¿Cómo lo consigue?
Solución : Se resuelve, paradójicamente, complicándolo más, el caballero añade un segundo candado a la caja y se la envía de vuelta a la dama, que quita el primer candado y vuelve a mandársela al caballero, que ahora no tiene más que abrir su propio candado. Un sistema lento pero seguro, pues todo el tiempo el mensaje queda fuera del alcance del indiscreto mensajero.
Hola, la caja tendrá algún sitio secreto que solo saben el caballero y la dama, no se:)
Besos.
-Piruja- No, es más simple. Mañana lo veremos.
Besos
Tiene que haber un medio de leerlo, pues sería absurdo que la dama le enviara al caballero un mensaje que no pueda leer.
-Senior citizen- Es cierto, hay una manera de leer el mensaje, y una vez que se sabe es bastante simple.
No voy a dar la solución, aunque la conozco, y no porque me haya estrujado la mente sino porque tengo el libro de probabilidades y criptografía de Carlo Frabetti donde está el acertijo. Parece ser, según el propio Frabetti, que ese mismo método utilizaban los espías de los siglos XVI y XVII. Encuenro la solución enrevesada por aquello de tratarse de un baúl de ida y vuelta (y, de paso, dejo una pistica).
-Una mirada….-Exacto esa es la solución. Este sistema con una pequeña variante se utilizo hará unos 30 años para robar bicis sujetas a un árbol.
-Una mirada…- Por si no lo conocías. El robo de bicicletas atadas a un árbol se popularizó hace bastante tiempo. El/los ladrones colocaban una segunda cadena a la bici sujeta al mismo punto, el ciclista al tratar de retirar su bici, se encontraba con que estaba sujeta por otra cadena, con lo que se iba a buscar el primer taller mecánico a pedir una cizalla, cuando volvía se encontraba que la bici había desaparecido ya que su candado no lo había vuelto a poner, el amante de lo ajeno, había abierto el candado ajeno y se había llevado la bici.
Este sistema de robo duró muy poco tiempo ya que el boca a boca y los anuncios de la policía, en la radio y en los diarios evitaron males mayores.
Yo creo que hay métodos menos complicados que éste para comunicar mensajes secretos…
-Jenofonte- Evidentemente hay métodos más sencillos para conseguir lo mismo.
Sin embargo este es un problema que alguien se ha inventado para hacernos discurrir un poco y tratar de llegar a una solución creativa.
Curioso sistema. Un beso
-Susana- Un poco laborioso, pero funciona.
Un beso
Yo lo he leído con la solución y me parece muy ingenioso.
Pero seguramente Google podría leerlo… 😀
-Magda- Inicialmente a nadie se le ocurre semejante solución y sin embargo es muy lógica.