Los españoles en muchos aspectos seguimos siendo Quijotes.
El español Diego Méntrida batallaba mano a mano con el británico James Teagle por el tercer lugar del Triatlón de Santander cuando ocurrió un hecho inesperado: su rival se confundió de camino en el último giro y terminó contra unas vallas de contención. Allí, el concepto de fair play deportivo brotó a la superficie y dio paso a una de las escenas más nobles de los últimos tiempos en el mundo del deporte.
Méntrida recorrió esos metros finales seguramente debatiendo en su mente qué hacer. Miró para atrás y vio cómo su contrincante por el tercer escalafón del podio abría los brazos en señal de decepción. Y ahí optó por detenerse un centímetro antes de la meta y dejó que Teagle ocupe el lugar que él iba a tener en medio de una ovación de los presentes.
Pues a mí me gusta que seamos Quijotes. Un abrazo
-Ester- A mi tampoco me disgusta, especialmente si sabemos lo que estamos haciendo.
Abrazos
No sé si es práctico ser así. Un beso
-Susana- Quizás no sea practico, pre te quedas muy bien con tu conciencia.
Un beso
En ese tipo de competencias, es lo que corresponde.
Saludos,
J.
-José A. García- Realmente se lo había ganado y por un despiste iba a perder el tercer puesto,
Saludos
¿No ha ocurrido algo parecido hace poco y lo subiste?
-Senior citizen- Me suenan varios casos similares, pero no recuerdo haberlo subido.
Bello gesto el del atleta que entrando ya en la meta cedió el primer puesto al rival al que seguía. Pienso que es una reacción instantánea que responde a un modelo educacional
donde prima la justicia, y el respondió a esos instintos.
-Frajayo- Bonito gesto tuvo con James Teagle, la verdad es que se lo merecía, pero en ocasiones, esos despistes hacen que ganen la carrera otros.
Como en el caso del joven que se subió al balcón en el post anterior, la reacción del atleta fue instintiva, sin ni siquiera reflexionarla. Y es entonces cuando las personas demuestran su grandeza.
-Una mirada…- En muchas ocasiones los humanos escondemos nuestro honor o a veces nuestra nuestra mezquindad en el fondo de nosotros, hasta que por alguna u otra razón afloran nuestros sentimientos.
Me recordó el final de la película «Muerde la bala».
-Jenofonte- No conozco la película «Muerde la bala», pero me ha picado la curiosidad y la buscaré en la red.
Con la actuación de Gene Hackman, Candice Bergen y James Coburn. Considero que es una muy buena película.
-Jenofonte- En crónicas y sinopsis que he leído eso dicen.
Si es una preciosa y muy loable acción ¡Bravo! No hay que dejar de ser así.
Un abrazo.
-Sara O. Durán- Así deberíamos de ser todos. La convivencia sería mucho más llevadera.
Un abrazo