Hay que entenderlo bien. Mediante el reconocimiento del «derecho a reparar» lo que la UE nos devuelve, en realidad, es el «derecho a usar»
El pasado 26 de noviembre ocurrió algo importante que pasó en general desapercibido: el Parlamento de Bruselas aprobó una ley mediante la cual garantiza a los ciudadanos europeos «el derecho a reparar».
¿El «derecho a reparar»? Algo extraño ha tenido que pasar en nuestro mundo, a nuestras espaldas, para que haya que reconocer desde el poder legislativo la ancestral y diminuta batalla humana contra la fungibilidad material, y ello hasta el punto de que la medida –tan rara es su formulación– suena en nuestros oídos con timbre poético y casi subversivo: como si se nos concediera «el derecho a cosernos un botón» o «el derecho a peinarnos».
La propuesta del órgano legislativo de la UE apuesta por limitar los productos de «usar y tirar», obligando a los fabricantes a asegurar la reparabilidad de los dispositivos electrónicos o, al menos, a informar sobre su vida útil. Una ley extravagante nos revela, de pronto, la naturalidad con que una sociedad basada en la propiedad privada –dizque– había aceptado no ser dueña de los productos que compra en el mercado. Una ley estrafalaria nos revela, de pronto, la mansedumbre con que nos habíamos dejado robar, aún más, la «condición humana».
Fuente : EuropaDirecto
Esto me recuerda una curiosidad que me ocurrió con una lavadora.
Totalmente verídico Hace unos años mi lavadora dejó de funcionar, el programador, no giraba, el precio era bastante elevado, lo desmonté y vi que es lo que le pasaba, simplemente es que el motorcillo que lo hacía girar estaba dañado.
Fui a la representación de la lavadora en Zaragoza, y lo primero que me dijo el que me atendió es que me vendía todo el programador.
Yo muy convencido le dije que solamente necesitaba el motorcillo que hacía girar todo.
Después de pensárselo un instante, va a buscar en sus repuestos y me lo trae. La diferencia de precio del motor y el programador completo era abismal.
Cuando ya se lo había pagado, le digo «pensaba que no me ibais a vender el motor y venía preparado para reclamar y pedir que el responsable del taller saliera para poder hablar con el»
Me quedé asombrado con la contestación que me dio : » Es la primera vez que vendo esta pieza a un usuario particular, normalmente se reserva para los instaladores autorizados»
Vamos a terminar con la obsolescencia programada?? podría ser, es cierto que el seguro de hogar cuenta con un servicio de bricolaje, en la ferretería tiene a personas que me instalan cualquier cosa que compre, un grifo, una cerradura, un riel, personalmente mi lavadora está reparada, y llevo los zapatos al zapatero. un abrazo
-ester- De momento todas esas reparaciones me las sigo haciendo yo.
Incluso hubo un tiempo que los pequeños electrodomésticos de los vecinos se los reparaba, simplemente solían ser fallos de algún contacto y especialmente las escobillas gastadas, nunca cobré nada a nadie, pese a que si tenía que comprar algo lo pagaba de mi bolsillo… pero fui poniendo pegas y ya en la actualidad nadie me suele pedir ayuda para una reparación.
Un abrazo
En realidad aquí todo es reparable, en teoría. Primero, el artefacto debe ser llevado a un técnico, 20 euros (el equivalente) solo por abrirlo y hacer un diagnóstico. Luego hay que ver si el artefacto todavía tiene repuestos, y si los tiene, cuánto cuestan (más la mano de obra). Sí, sin necesidad de ley la mayoría de los artefactos, si no tienen más de diez años, son reparables. El problema es que muchas veces la reparación cuesta hasta el 70% del valor de un artefacto nuevo (hay excepciones, por supuesto). Además, hay pocas personas que se dediquen a la reparación.
También hay gente que ya se acostumbró, y desecha los artefactos que no funcionan sin mayores preguntas. Ahora, también se ha perdido la habilidad para hacer reparaciones, hasta las más pequeñas (va a parecer una exageración, una ridiculez, pero conocí a unas personas que cuando se les quemaba un foco, llamaban a alguien para que se lo cambiara…)
-Jenofonte- Hay de todo en esta vida, yo por el contrario conozco a otro que si no encontraba una pieza se la fabricaba el mismo.
Es una medida muy necesaria, primero para preservar la economía de unos usuarios que cada vez nos conformamos con menos y después para cuidar del medio ambiente. No es solo que se pueda reparar a un coste asequible, sino que la vida útil se alargue o que por lo menos no se acorte artificialmente. El capitalismo feroz se ha basado todos estos años en un consumismo desmedido, y v siendo hora de que le pongamos coto. De otra forma, estaremos abocados a la extinción.
-Tawaki- Hemos sido y seguimos siendo esclavos del consumismo, bien es cierto que en ocasiones el precio de una reparación es tan elevado que es mejor comprar un aparato nuevo, sin embargo si las piezas fueran asequibles y las reparaciones no tan costosas, aguantaríamos algo más la vida de los electrodomésticos.
Yo soy partidaria de reparar pero no es fåcil hoy en día. Un beso
-Susana- De aprovechan de la poca duración de los aparatos, del precio de la mano de obra, del desplazamiento si es que tienen que venir a casa.
Un beso
Hay gente muy apañada, como tú Jubi, que sabe dar con el problema y la solución a las reparaciones. No me extraña tu anécdota, tampoco la respuesta que te dio sobre que nunca antes lo había vendido a un particular.
Yo soy partidaria de arreglar siempre que no tenga muchos años el aparato, quiero decir si me va a costar tanto la reparación como una nueva y la tengo de tooooda la vida, me compro otra.
Un abrazo.
-Contadora de Libros- Antes era muy apañado como tu dices, ahora mantengo esa cualidad en determinadas cosas, pero ya en ocasiones me falla el puso y la vista, pero sigo ayudando al menos a los vecinos y si yo no soy capaz de hacerlo, estoy aportando herramientas y estoy delante de ellos para guiarles y enseñarles como se hace.
Un abrazo
Derecho a reparar… Insólito que haya de reconocerse algo así. Pero lo cierto que es que el consumismo salvaje decidió que la caducidad de los productos redundaba más en los beneficios de los productores que el tradicional se rompe/se arregla, y la obsolescencia programada caló en los consumidores entrando en la categoría de normal cuando es una triquiñuela repugnante y mafiosa.
Que somos aquiescentes a esa postura maniquea lo demuestra la respuesta que te dio la persona que te vendió el respuesto.
-Una mirada…- Otra curiosidad. ocurrió antes de la pandemia, tenemos un carro de supermercado para poder subir la compra desde el garaje a casa, y estaba para tirarlo, loe habían cortado de malas maneras para que cupiera en el ascensor y habían sujetado con cuerdas el frontal para que no se cayera la compra.
Una noche me lo subí a casa, sujeté con dos sirgas bien tensas el frontal y partiendo de allí con una cuerda especial fui haciendo triángulos y rectángulos con nudos en todos los sitios donde se apoyaban, en cada nudo aplicaba una gota de pegamento para que no se movieran.
Ya que estaba en casa desarmé las ruedas, las limpié y les aplique aceite especial para rodamientos ya que estaban llenas de pelos e hilos que impedían que rodaran bien.
A la mañana siguiente lo bajé al garaje.
A los tres o cuatro días la mujer de un vecino me dice muy seria, esta reparación solamente la puede hacer mi marido y tu, como el no ha sido has tenido que ser tu.
Por supuesto me llenó de satisfacción.
Bien Emilio. Ser manitas tiene tanto de bueno como de malo. En casa Paco arregla también todo y quién lo sabe siempre está dando tarea. Mis hijos los primeros y más de algún amigo. Busca las piezas hasta que las encuentra.
Buena noche . Cuídate.
Un abrazo.
-Laura.M- Conozco la habilidad que tiene tu marido para hacer las cosas, ya que lo has comentado en mas de una ocasión en el blog.
En cuanto a los hijos, que me vas a decir, en cierta ocasión tuve que instalarle un parquet flotante en toda la casa de mi hija, excepto cocina y baños, sin tener ni idea. Me quedó de cine y sin derrochar absolutamente nada de material, pero hubo momento en que las pasé canutas.
Si es que siempre has sido un «manitas de plata» 🙂
Salud y abrazo
-Genín- El manitas lo has sido tu, que has sido capaz de tener energía eléctrica sin pagar nada a ninguna compañía, y sin cometer ningún fraude.
Un gran abrazo.
Nuestra primera lavadora duró muchísimos años y venían del Servicio Técnico a arreglarle las averías, pero siempre decían: Cuando falle el programador, ya habrá que tirarla, porque cuesta casi tanto como una lavadora nueva. Y así fue, falló el programador, estuve unos días haciendo yo de programador mientras buscaba otra… y se llevaron la antigua al traerla. Y la que vino era de la misma marca, pero no duró lo mismo.
-Senior citizen- Antes se hacían las cosas a conciencia, eran más bastas, más robustas, no existía todavía la obsolescencia programada.
De todos modos, para quienes trabajan fabricando electrodomésticos y para quienes los venden, mientras más fabriquen y más vendan, mejor…
-Jenofonte- Si, pero no.
Imagina diez marcas que hacen lo que tu dices, sin embargo hay dos que trabajan honestamente de manera que el aparato dura hasta que por viejo se estropea de verdad, o si tienen una avería la reparen rápido y con garantía de que durará mucho tiempo.
Al principio esas dos marcas venderían poco, pero el boca a boca funcionaria y a la larga acapararían todo el mercado.
Pero, ¿cómo sobrevive la fábrica si de tan buenos que son los artefactos, solo vende uno que dura y dura y nunca le compran otro?
-Jenofonte- Sinceramente no lo se, pero seguro que los ingenieros de esa fábrica tienen mejor y mayores ideas que las que yo tengo ahora.