Un cadáver hallado a orillas del Sena fue el desencadenante de una historia fuera de lo común. Su legado se ha convertido en la salvación de millones de personas a lo largo del mundo.
La llamaron «la desconocida del Sena» porque fue descubierta a orillas del río. Sus rasgos, dulces, finos y delicados la han convertido en un mito y, también, en la mujer más besada del mundo desde hace más de 50 años.
Sin embargo, la belleza de su rostro, digna de un auténtico ángel, contrasta con su desdichado fallecimiento, marcado por el horror y la morbosidad. Durante años, este fue mercantilizado, romantizado y utilizado hasta la saciedad, vaciándolo de cualquier atisbo de humanidad posible.
No obstante, hay historias que demuestran que hasta en la tragedia más profunda pueden encontrarse atisbos de esperanza. La de esta joven francesa, víctima de las circunstancias, ha sido fundamental para el desarrollo de la medicina actual.
A finales de la década de 1880, el cuerpo de una joven fue hallado en el río Sena, en París. La chica había muerto ahogada, sin signos de violencia, y se consideró un suicidio. Como era tradición en aquella época, su cuerpo fue expuesto por si alguien la reconocía, pero nadie lo hizo. Al mismo tiempo, un patólogo de la morgue parisina quedó impresionado por la belleza de la joven y por su gesto de paz, casi esbozando una sonrisa. Por ello, decidió realizar una máscara mortuoria de la joven con cera, otra práctica habitual de aquellos tiempos.
De aquella máscara se hicieron varias copias y se popularizaron entre los círculos artísticos del París de finales del XIX y principios del XX. Efigies de la ‘desconocida del Sena’, como se la llamaba, colgaban de las paredes de los estudios de numerosos artistas.
La cara de la ahogada del Sena y su molde en yeso llamó mucho la atención de todo aquel que lo veía. Así, poco a poco, empezaron a hacerse copias del rostro para otros particulares.
Toda Francia yacía rendida ante este fenómeno artístico. Cualquier salón o local de reunión que se preciara contaba con la cara de la «ahogada del Sena» en algún lugar destacado.
Fue la inspiración de poetas y escritores, e incluso Valdimir Nabokov, autor de la famosa novela «Lolita», llegó a obsesionarse con este rostro. Gracias a él, la fama de la chica del Sena cruzó las fronteras galas y se adentró en territorios extranjeros. En poco tiempo, esta figura llegó a toda Europa.
Muchos años después, a finales de la década de los 50, el noruego Asmund Laerdal, que se dedicaba a la fabricación de muñecas, recibió el encargo de crear un maniquí para que se pudieran hacer con él prácticas de reanimación cardiopulmonar. Laerdal quería darle un aspecto lo más humano posible al muñeco y eligió hacerlo de sexo femenino. Fue entonces cuando recordó que en casa de sus abuelos colgaba la efigie de una mujer joven.
En efecto, era la ‘desconocida del Sena’, que sirvió de modelo para crear a Resusci Anne, como fue bautizado el muñeco de Laerdal, que desde entonces se ha replicado millones de veces.
Desde entonces, todos los muñecos que se utilizaron para las prácticas de reanimación cardiopulmonar han estado inspirados en el rostro de la mujer más besada del mundo.
Resulta, cuanto menos, irónico, que una joven ahogada fuera el detonante para la propia recuperación de las víctimas de ahogamiento. Su muerte, fuera como fuese, ha servido para mejorar las técnicas de reanimación y ha marcado un hito en la Historia.
Reconocimiento que, como ha ocurrido siempre, y en especial en el ámbito de la medicina forense, ha olvidado a su principal protagonista.
Merece la pena, pues, rendir homenaje a la principal artífice de este logro. Aquella que, con solo su mera expresión, ha librado de la muerte a millones de personas. Y hay algo que está bastante claro: puede que su familia abandonase su cuerpo, pero el mundo entero jamás olvidará su rostro.
Fuentes consultadas : 20 minutos, Mejor con Salud, Radio Caribe.
Pues sí que eran morbosos los franceses de aquella época… Hacer copias de la mascarilla funeraria de una suicida…
-Senior citizen- No entiendo tampoco esa costumbre insana y enfermiza, pero de todo hay en la viña del Señor.
Otros tiempos, otras costumbres, otros motivos. Era común realizar mascaras mortuorias, con diferentes fines, como de identificación, para tener un recuerdo, como modelo para un retrato, en fin. Muy útil cuando todavía no se desarrollaba la fotografía. Ahora, que no parece muy sano que se multiplicaran las copias… yo no juzgaría muy duramente a la gente del siglo XIX porque la de los siglos XX y XXI, que publica cada cosa, ¿con qué moral?…
-Jenofonte- Gracias por tu punto de vista.
Hay tantas maneras de ver las cosas como colores de cristal…
-Jenofonte- Cada uno habla de la feria según le va en ella.
No conocía la historia. Un beso
-Susana- Una historia cuando menos curiosa.
Un beso
Una historia sorprendente varias veces, ahogada y con expresión de paz y sonriente, que la gente la tenga en su casa como se tiene la foto de la boda, que se utilice para muñeca de reanimación, (siempre que veo algún tutorial suelen ser varones). No sabía nada al respecto. Un abrazo
-Ester- Hace la tira de años, cuando entré a trabajar nos dieron una clase de primeros auxilios con una reanimación cardiopulmonar, no recuerdo si era hombre o mujer, pero al entrar en la clase nos dimos un buen susto ya que todos al entrar vimos un cadáver, y lógicamente era un muñeco de goma a tamaño natural.
Un abrazo
No sabia nada, gracias, espero que no utilicen muñecas para otros fines…
Salud
-Genín- Yo cuando me dieron una clase de primeros auxilios con RCP, me llevé un gran susto, hasta que ves que no es un muerto.
Saludos
Desconocía esta historia. Es fascinante; tiene todos los ingredientes necesarios para que cale en cualquiera que la conozca.
-Una mirada…- Yo también me enteré por casualidad, vi una noticia y le seguí la pista.
Qué interesante y qué ufana está la chica que se ahogó, de todo lo que su rostro ha dado de si.
Saludos.
-Manuela Fernández- Hay personas que se hacen más famosas una vez muertas que lo fueron en vida.
Saludos
Muy bonito rostro. Y sí, Jubi. Tal como lo dices. Una contradicción.
Disfruta mucho de tus días en El Pirineo.
Un abrazo.
-Sara O. Durán- Estoy disfrutando de verdad, y no precisamente por que el tiempo acompañe ya que hace frío, tenemos que estar en casa con calefacción, y además hay tormentas. No obstante, paseo por la urbanización solo y es raro que me encuentre con alguna persona.
Un abrazo