El atracador, pistola en mano:– ¡A ver, todo el dinero, rápido!.
Nada más recibirlo del cajero, el ladrón se da la vuelta y pregunta al cliente más cercano:
– Oye, tú, ¿Has visto algo?, ¿Me acabas de ver robar ?
Aquel hombre, nervioso, le contesta: – Claro, claro que le he visto …
Va el tío y le pega ocho tiros en la cabeza.
De inmediato, se dirige a dos mujeres y un hombre que tenía enfrente y le dice al hombre:
– ¿Y tú, tú me has visto robar en este banco ?
Y el hombre contesta: – No, yo no he visto nada, pero mi mujer y mi suegra no se han perdido detalle…
Recibido por correo. Gracias Luis
Hace un tiempo leí en un baldosín de esos que llevan coplillas:
«los males del hombre son TRES: Suegra, cuñada y mujer…»
Con esa tacada y sin riesgo alguno, todo el mérito se le llevaba el atracador, el hombre se liberaba de su mujer y su suegra y quedaba sólo para hacer lo que le viniera en gana el resto de su vida. Pero es que también se puede extraer una segunda lectura; si el atracador empleó ocho balas para deshacerse de un testigo, puede que agotara todo el cargador de la pistola y, entonces, es claro que no disponía de más munición para sellar los labios a otras personas…y entonces, de poco le serviría su estrategia.
carlos Lo de la cuñada no lo conocía.
Frajayo Como en las buenas novelas, el atracador nunca agotaba sus balas así que como esto es un chiste, podría seguir disparando a todo el que se le pusiera por delante.
– Jubi, ahora que no nos ve nos vamos por la puerta de servicio.
: D
Hay que saber encontrar el lado bueno de las cosas.
🙂
Estoy tan cansado que ya no sé ni sonreir. Me voy ya para cama. Hacía demasiado tiempo que no pasaba por aquí, tampoco lo tengo hecho en casi ningún blog. Hasta Ocubre estaré a bajo rendimiento de teclado y ratón.
Hasta pronto.