Se usa la expresión “irse de picos pardos” cuando nos queremos referir a que alguien sale de fiesta o de juerga, a pasarlo bien, aunque con una más o menos clara intención de ligar; o incluso cuando alguien reclama los servicios de alguna prostituta.
Hay varias versiones que nos hablan de faldas de 4 picos en los que si la mujer que las vestía se recogía uno de ellos es que estaba dispuesta a tener algún tipo de “acercamiento” con un hombre (sin intercambio de dinero), incluso que si el pico recogido estaba sujeto por un cintillo de color pardo o llevaba cosido en el extremo un trozo de tela de este color, es que era prostituta.
Pero parece ser que el origen de la frase proviene del Siglo XVIII, en pleno reinado de Carlos III en España, quien quería (como el resto de la sociedad) “marcar” o diferenciar a aquellas clases sociales estigmatizadas por realizar labores mal vistas o “indecentes” (aunque curiosamente demandadas por los otros estamentos “respetables”) con el uso de ciertas prendas en determinados colores.
Es en este contexto cuando se impone la norma de que las prostitutas deben vestir unos mantos en los que los picos sean de color pardo; surgiendo la expresión que hoy destacamos.
Fuentes : Aula Fácil, El Trastero de Palacio.
Ni idea de la procedencia de esa expresión, y tampoco lo de las faldas de cuatro picos…
Muy original. Abrazos
Ligia Dice el refrán «A la cama no te irás sin saber una cosa más», yo tampoco lo sabía.
Abrazos
Con la de veces que la he utilizado sin saber su origen, ahora hasta puedo presumir y dar la explicación. Un abrazo
Ester Es una expresión que utilizamos muy a menudo y sin embargo pocos son los que conocen la procedencia de este dicho.
Un abrazo
Que interesante, no lo sabia, y eso que he ido varias veces de picos pardos… 🙂
Salud
Genín Aunque no lo supieras, seguro que aprovechaste y lo pasaste bien.
Saludos
Pues ha cambiado mucho el sentido de la expresión en estos tres siglos.
Una mirada… Las sentencias originales van cambiando con arreglo a los tiempos y al alejamiento en el tiempo de la versión primitiva.
Curioso esto: diferenciar a aquellas clases sociales estigmatizadas por realizar labores mal vistas o “indecentes” (aunque curiosamente demandadas por los otros estamentos “respetables”) , la hipocresía de siempre.
Calandra Hay mucho fariseo pululando por el mundo, por delante dicen algo que por detrás van incumpliendo.
Muy interesante y como comentaste anteriormente:
«A la cama no te irás sin saber una cosa más» o también serviría
«nunca te acostarás sin aprender algo nuevo»
Vamos que los que se van de picos pardos acaban acostándose tras buscar la telita escondida bajo la falda.
Manuel Es que eso de ir de picos pardos, debe de ser muy cansado y al final sin darte cuenta, terminas en la cama del enorme esfuerzo realizado.
Saludos
No conocía la expresión, pero algo nuevo he aprendido hoy.
Abrazos.
rafael Humberto Lizarazo En la mayoría de ocasiones todos aprendemos algo de los blogs que visitamos.
Te deseo mucha suerte con tu historia de Rosita y Ramón, por supuesto he votado.
Saludos
Me encanta ese cuadro, es precioso.
No tenía ni idea del origen de esa expresión. Pero me gustó mucho más la primera versión, la de la falda de cuatro picos que una mujer levantaba, o no, uno de sus picos según la intención. Lo de pardo fue más obvio de descubrir.
Curioso.
Abrazo!
Nélida Si no conoces el cuadro, la sinopsis de el la encontrarás pinchando en el enlace que se encuentra situado debajo de la imagen.
Lo de los picos son curiosidades de la que yo también desconocía su origen.
Un abrazo
Eso había hecho antes de comentarte la primera vez 🙂
Me gustó mucho el cuadro, sí. También busqué más sobre el autor.
La escena me llevó a la época del «Moulin Rouge» (que por cierto es el título de una pelicula muy buena, un musical, que protagonizan Nicole Kidman y Ewan McGregor con sus propias voces).
Gracias de nuevo, Jubi.
Nélida Ya me imaginaba que habrías entrado en la descripción del cuadro, pero por si acaso, ya que en ocasiones vamos deprisa y corriendo.
Con respecto a la película, la he visto.
Y también he estado en el “Moulin Rouge”
Claro que en la calle, no me dejaron entrar.
Un abrazo