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Pequeños placeres de la vida
Esta entrada ha sido publicada en Desclasificados y etiquetada como charco, niño, perro, placeres, salto. Guarda el enlace permanente.
Recuerdo una vez que fuimos a recoger al cole a mi hijo pequeño, de seis años y estaba lloviendo a mares. Cuando llegamos al patio del cole lo encontramos con su paraguas bajo el desagüe mas potente del tejado, que parecía le tiraban el agua a cubos. Lo estaba pasando en grande.
Jesus Si el del vídeo se lo está pasando bien, me imagino a tu hijo aguantando como un jabato el paraguas, y pasándoselo mejor que soportando a la seño.
jajajaja Tios la mitad de listos que el perro necesitaríamos en el Gobierno… 🙂
Salud
Genín En parte si, pero el perro es un pasota, le da igual lo que haga su dueño.
Saludos
Pequeños, baratos y divertidos. El perro, un santo.
Tawaki El perro lo comparo con el de un compañero de trabajo, lo dejaba dentro del coche con las ventanillas abiertas si te acercabas al coche con el dueño, se quedaba tranquilo y no hacía nada, te miraba con indiferencia, pero si se te ocurría acercarte solo, te enseñaba los dientes gruñendo y tenías que marcharte, ya que según te ibas aproximando, el iba sacando la cabeza cada vez más.
¡Hermoso!! Lo mucho que va a recordar de grande ese tipo de momentos.
Un abrazo.
Sara O. Durán Yo creo que de niños a todos nos ha gustado chapotear en los charcos y este se lo pasa en grande.
Un abrazo
Para que veáis con que poco se puede divertir un niño, un sencillo charco, que por cierto ya debía de ser conocido en sus recorridos pues hasta el perro sabe que tiene que esperar en ese lugar un ratín antes de continuar el paseo.
Calandra En niño se lo pasa bien y el perro, no se separa de el y si le dejan suelto me imagino que se queda para cuidarlo.
El vídeo es buenísimo, buenísimo para quienes tienen perros y buenísimo, en general, sobre la realidad (o no) de nuestras limitaciones
celebrador Se nota que el perro y el niño están perfectamente compenetrados.
El sabia lo que hacia, igua que niño se sentia seguro con el perro
un abrazo
Maria Jesus Ruiz Alonso El niño se apoyaba en el perro mientras se lo pasaba bien y el perro estaba a lo que hiciera el niño, me imagino que los padres tendrían mucha confianza en la mascota.
Un abrazo
Y porque el charco no está helado, que entonces sí que se disfruta rompiéndolo…
Senior citizen En ese caso no hace falta ser niño, de más mayor incluso ahora cuando es invierno en Broto pruebo a romper el hielo de los charcos… para ver el grosor que tiene el hielo en la superficie, lo hago con un par de ellos, luego ya no tiene ningún aliciente para mi.
Para eso estánlos charcos, para medirlos con los pies y chapotear en ellos, ¿no? Si hasta el perro custodio lo sabe.
Una mirada… Para eso están, para patearlos hasta que desaparezcan y queden vacíos.