Eran unas adolescentes juguetonas, llenas de energía y un tanto rebeldes, eran muchas y le gastaban alguna que otra broma al conserje.
Una de ellas consistía en dejar marcas de los lapices labiales en los espejos de los servicios. El conserje ya estaba harto, pero no tiraba la toalla.
Pidió ayuda a la directora del colegio y ella muy amable, por megafonía advirtió a las chicas que dejaran de poner sus marcas en los espejos…
Evidentemente y como era de esperar el aviso fue totalmente contraproducente. Las marcas de besos en los espejos se incrementaron considerablemente.
El conserje al ver que no surtía efecto, las reunió en los lavabos para enseñarles el enorme trabajo que tenía al limpiar las marcas en los espejos. Después de aquella demostración las jóvenes se compadecieron y no volvieron a dejar sus marcas… o ¿no fue así?.
Después de ver el vídeo podéis opinar.
Si por casualidad con la limpieza borraran el vídeo, hay una copia en este sitio.
Ja, ja, qué idea tan buena, y las caras de asco de las niñas… Abrazos
Ligia Si fuera verdad, esas niñas recordarían ese detalle toda su vida y seguro que sentirían un resentimiento hacia los espejos.
Abrazos
Tuvo suerte de que se lomaran así… 🙂
salud
Genín No creo que tuvieran otra opción, excepto que se liaran a palos con el conserje.
Saludos
se lo tomaran
Genín Lo había interpretado bien.
Buena lección.
Calandra Una lección que de ser cierta, no olvidarán mientras vivan.
jajajajaja, no me lo esperaba, y es muy bueno.
Tawaki Creo que quedaban pocas maneras para que sin que llegara la sangre al rio hicieran caso y no se repitiera más.
Muy buena idea… No les quedarán ganas de besar los espejos. Lo que me parece raro es que en el colegio les dejen estar pintadas.
Senior citizen Menuda lección les dio el conserje. He consultado información en varios colegios y a esa edad excepto en uno que no les dejaban pintar las uñas, (excepto con esmalte transparente o un rosado muy clarito) lo podían hacer.
Jajaja… Qué inolvidable lección magistral.
Una mirada… Una lección que no olvidarán en la vida y por supuesto no repetirán jamás los besos en ninguna superficie.
Jajaja. Qué bueno!
No me lo esperaba, que usara agua del wáter. Muy bueno.
No creo que vuelvan a posar sus labios allí nunca más.
Un beso.
Nélida En ocasiones hay ejemplos que no necesitan ningún tipo de explicación y por supuesto este es uno de ellos.
Un beso