Cuenta la leyenda que en el Archipiélago Canario hay una octava isla… pero mejor pongamos un poco de música antes.
Letra : Tremenda mentira nos metió el patrón, quien siendo muy joven mucho navegó en la barca Elvira la que se perdió.
Tan brava y bonita y se trabucó, buscando la isla que un fraile miró, frente a la Gomera con todo claror.
El patrón cantaba cosas que inventó, porque aquella isla jamás la encontró, ni viola en su vida ni ella arribó.
Era la encantada que desapareció la negra ballena del diablo mayor con los siete obispos y en santo santón.
Boguen, compañeros, que el viento salió. Boguen, compañeros que el viento salió y la mar nos tumba sobre el caletón.
Boguemos ligeros, con fuerza y ardor que allá por los mares la Elvira se hundió sin dar con la isla de San Borondón. Dom, dom, dom, dom, dom.
Decía que, cuenta una leyenda que en el Archipiélago Canario hay una octava isla fantasma que aparece y desaparece y que tiene miles de historias a sus espaldas, es la isla de San Borondón, leyenda popular de las Islas Canarias (España) sobre una isla que parece jugar al escondite desde hace varios siglos, con origen en el periplo legendario de San Brandán de Clonfert («San Borondón»).
Este personaje fue protagonista de uno de los relatos de viajes medievales más famosos de la cultura gaélica medieval, relatado en la Navigatio Sancti Brandani, una obra que fue redactada en torno a los siglos X-XI.
Esta isla se localizaría al oeste del Archipiélago, a 550 km en dirección oeste-noroeste de El Hierro y a 220 km en dirección oeste-sudoeste de La Palma, aunque según otros «testigos» que dicen haberla visto, se sitúa directamente entre las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro.
San Borondón mediría 480 km de largo (de norte a sur) y 155 km de ancho (de este a oeste), formando hacia el medio una considerable degollada o concavidad y elevándose por los lados en dos montañas muy eminentes, siendo la mayor de las cuales la de la parte septentrional.
Una de las historias cuenta que el Señor Brandán, monje evangelizador irlandés encontró una isla en la que pasar la noche tras varias jornadas en busca de tierras a las que llevar su religión. Los navegantes saltaron a esa isla en busca de descanso pero, mientras Brandán rezaba, la tierra empezó a moverse. Sin saber muy bien cómo estaban navegando sobre el lomo de una gran ballena.
Desde ese instante un sinfín de historias surgieron sobre esa isla, que pasó a llamarse San Borondón, una isla que aparece y desaparece llamando a navegantes y aventureros.
Curiosa leyenda del pasado, aunque toda historia tiene una causa inicial, a la que se le van añadiendo fantasías. Lo de subirse a una ballena y tomarla por una isla, solo podía pasarle a un irlandes que estuviese hasta los ojos de buen whisky. Jubi, si te enteras de que vuelve a emerger, sería la ocasión de tomarla en nombre de la Corona de Aragón y la vendemos a parcelas. Yo me encargo del papeleo.
Jesus Estaré al tanto para clavar la bandera de Aragón en lo alto de la «isla», así evitaremos que se vuelva a escapar. Las parcelas a medias, pero evitando que se entere la del «caloret» no vaya a ser que diga que ya se la habían regalado a ella y tendríamos que utilizar el «abaniquet» para refrescarnos.
Vaya megaballena.
Una mirada… Será producto del whisky o que se pusieron a distribuir ron a todos los tripulantes.
…un barco velero cargado de ron.
En medio del mar
el barco se hundió
la culpa la tuvo
el señor capitán que se emborrachó…
Una leyenda curiosa, pero lo de la octava isla no es tan descabellado, algunos quieren que La Graciosa lo sea. Un abrazo
Ester Pero la Graciosa, es graciosilla, pequeñica y no juega al escondite. La Graciosa es la mayor de las islas e islotes que componen el Archipiélago Canijo… huy, perdón, quise decir Chinijo.
Un abrazo
En las novelas de aventuras que yo leía de niña, había muchas historias de esas, de islas que aparecen de noche de improviso y en donde naufragan los barcos contra sus rompientes.
Senior citizen Han cambiado mucho las novelas, antes como tu muy bien dices, simplemente las rompientes que aparecían y desaparecían eran motivo de muchas leyendas (pleamar y bajamar)
Yendo por el Paseo Marítimos de Playa de las Américas a Los Cristianos en Tenerife, hacia la mitad del camino en un compejo hotelero, hay un Bar-restaurante y Heladería que se llama San Borondón. Me pareció la referencia un tanto extraña y estuve indagando un poco en el santoral y no di con él como sant;o, luego pregunté en el establecimiento en cuestión y, taparon su ignorancia, con: «es como una isla fantasma, no sé… «Y así me quedé.
Frajayo Justo cuando yo llegaba, tu te ibas, pero como soy viejo, no me he podido echar a correr, pero te había visto en este sitio. Te he dejado el trípode puesto y con ruedas por si quieres recordar tus paseos por allí.
Hombre, cuanto te lo agradezco. Ese es el escenario a que me refería. No se te escapa nada y estás pronto a abundar en el comentario con lo más sorprendente de tu amplio archivo
Frajayo Es que yo también había paseado por allí en abril del 2010. Para que compruebes que es cierto, te dejo un enlace de un día en el hotel «La Niña», aunque por supuesto allí solamente estábamos a las horas de las comidas y del descanso nocturno, por la mañana en la playa y por la tarde paseando, excepto tres días que alquilamos un coche y recorrimos toda la isla.
Menudo pedo que se pilló el fraile evangelizador… jajajaja
Salud
Genín Lo curioso sería conocer que tipo de pedo llevaban, si venían seguro que estaría el whisky o el ron por medio, pero si se iban igual con cogieron con el famoso vino dulce de malvasía, muy típico de las islas Canarias.
O igual era vino de celebrar misa.
Saludos
Jeje. ¡Qué bonita entrada!
Aquí decimos: «San Borondón, a veces sí, a veces no».
Cuentan muchas leyendas sobre esta isla, hay una preciosa que relata que aquello es un paraíso donde no hay cosas malas sino todas las bondades del mundo y donde no le faltaría nada a nadie, siendo todos por igual en riquezas y condición. También por los paisajes de ensueño que dicen posee la isla.
Aunque lo más mágico y misterioso es que sí existe. Jubi, me has oído bien, sí, sí, que existe Y si no, ven y compruébalo. Claro que no vengas con prisa que igual no la ves cuando pretendes encontrarla por muchas horas, días o meses que empeñes en ello, o igual te encuentra ella a ti cuando ni la miras.
Lo cierto es que yo……visitarla no la he visitado……pero verla, si la he visto :-)))
(estando en Mazo, en la isla de La Palma, mirando al frente)
Un beso.
Nélida Pese a que tengo mucha imaginación para algunas cosas, para otras no tengo absolutamente ninguna y eso de «a veces sí, a veces no” no entra en mis cálculos, aunque los promotores del turismo canario podrían hacer lo que hacen los escoceses con su Nessie o monstruo del lago Ness, lanzar ideas y mantenerlas vigentes para aumentar el turismo.
Si entendería una isla gemela de El Hierro, aunque creo que las erupciones volcánicas ya han dejado dar la lata a los Bimbaches (aunque no creo que quede ninguno, ya que según tengo entendido fueron capturados en su gran mayoría y vendidos como esclavos en la primera fase de la conquista de 1496)
Sinceramente no creo que viera la isla de San Borondón.
Un beso
Las leyendas siempre son algo muy atractivo para cualquier lugar, les da un encanto especial y este de la isla tiene ese encanto del misterio.
Calandra Opino que como misterio, elucubración y con una buena dosis de imaginación sería interesante para aumentar el turismo en la islas, especialmente en El Hierro. Claro que con suerte o mala suerte depende, aparece de verdad una isla que de momento creo que se encuentra a 88 metros bajo el nivel del Mar de las Calmas, y es el volcán submarino de El Hierro, aunque de momento el 5 de marzo de 2012 se anunció el fin de la erupción.
Yo creo en la isla de San Borondon, se que es real, no solo por las habladurías de las personas o gentes de las zonas, si no por personas que han estado allí y han vuelto, entre ellas un naturalista inglés, que la fotografió y tomo notas de su flora y fauna, de como era la isla, pero nadie le creyo, aunque ahí han quedado las fotografías, los datos, las pruebas de que estuvieron en San Borondón, de que es real, y no solo un mito, como dicen. Pronto iré a ver si la avisto, me encantaría, sería un gran regalo, quizás vaya y venga por la frencuencia vibratoria, y por eso solo la vemos en algunas ocasiones. Edward Harvey, fue el naturalista inglés, que fotografió y llegó a esta extraña y misteriosa isla.
Brenda Yo soy muy escéptico en estos casos, me pasa algo parecido con lo del monstruo del Lago Ness. Sin embargo me has picado la curiosidad y he empezado a interesarme un poco más por el tema.
He empezado la búsqueda por internet y ya he leído el proyecto presentado por Tarek Ode y David Olivera sobre Edward Harvey, descubridor de San Borondón.
He leído su biografía y he seguido ojeando escritos sobre él.
En Facebook he leído :
¿Edward Harvey, descubridor de San Borondón?
El descubrimiento de fotos y mapas del naturalista Edward Harvey «prueban» que visitó la mítica isla en 1856.
El investigador David Olivera explicó que Harvey viajó a Canarias en 1865, contrató una tripulación y partió de Tenerife hacia la Isla de San Borondón, una de las leyendas canarias más misteriosas, pues hay multitud de testimonios y cartografía antigua, pero no constataciones científicas de su existencia.
Brenda, gracias por tu interés sobre el tema, yo seguiré indagando.