Al ver esta imagen pensé, «voy a entrar para ver el principio de las energías renovables, los primitivos molinos de viento, por ver si habían variado mucho con respecto a los actuales«, pero no me dejaron entrar, me imagino que sería para que una de las aspas no me diera en la cabeza.
He de reconocer que esas aspas, en mitad del barrio rojo de Pigalle en el Boulevard de Clichy, al pie de Montmartre, en París, es un peligro para todos los viandantes.
Un poco más abajo y entre unos cuantos sex shops, me encuentro con el cartel que muestro en la imagen, pensando que allí podría escuchar a la gran diva Montserrat Caballé, una leyenda viva del mundo de la ópera, sin embargo mis acompañantes me vuelven a hacer desistir, ignoro el motivo.
Cansado de tanta censura, sugiero a mis acompañantes dar un paseo por la avenida de los Campos Elíseos y allí otro cartel me llama la atención, local y letrero lo crearon en 1946, los hermanos Clérico, Jean y Joseph. El Lido tiene en la actualidad una superficie de unos 6.000 metros cuadrados y capacidad para más de un millar de espectadores. Pero desgraciadamente tampoco me dejaron entrar.
De vez en cuando de fondo entre el bullicio de la gente y el tráfico existente, oía algo así.
¿Probaste a entrar en Notre Dame? 🙂
Salud
Genín Allí si que me dejaron y tengo muchas fotos, trataré de montar unas diapositivas con algunas de ellas.
Saludos
Cómo están los parisinos!! No te dejaron entrar, qué tontos!! Tendrían miedo de que publicaras en el blog su decoración o algo, je, je… Abrazos
Ligia Seguro que pensaron que no tenía categoría suficiente para publicar lo que viera por dentro.
Abrazos
No lo intentaste con decisión, seguro que si dices quien eres te abren la puerta principal. Bonitas fotos y simpática descripción ¡esto promete! Abrazos
Ester No me atreví a insistir mucho ya que el idioma era un hándicap para entenderme con ellos.
Puedo prometer y prometo que la mayoría de artículos que pueda publicar serán en plan serio, aunque quizá en algún caso…
Abrazos
Tu interés por las «energías renovables» es encomiable, hasta de viaje te preocupas por ellas según veo. El no entrar en esos centros de «energías» espero no te cause frustración, la próxima vez que pase por París, a ver si entro yo y te lo cuento.
Jesus Uno es de ciencias desde la cabeza hasta los pies e incluso en vacaciones me preocupo por aprender cosas nuevas. Te agradeceré que cuando vuelvas a París, entres y me lo cuentas.
¿No serían tus «acompañantas» las que no te dejaron entrar?
Senior citizen En realidad no fue nadie el que me negara la entrada, ha sido simplemente la manera que se me ha ocurrido, para poder publicar estas fotos.
Si las autoridades parisinas hubieran sabido de tu presencia en la city, las puertas de todos los templos y establecimientos más sonados hubieran permanecido abiertas para ti durante toda la estancia.
Seguro que regresas. París siempre espera ser revisitada para que cada rincón mágico quede en la memoria de quienes la recorren.
Una mirada… Lo de regresar, no lo tengo muy claro ya que de momento y aunque sea a largo plazo, al año que viene, estamos pensando ir a alguna nueva ciudad europea, presumiblemente Londres.
Sinceramente, creo que no te perdiste nada no entrando en esos lugares, lo importante de París está en otra parte.
Calandra Efectivamente no me perdí nada, aunque siempre es bueno conocer todos los sitios, pero te puedo asegurar que unos 200 euros no los pago ni aunque me lo recomiende el médico.
Entradas desde 112 euros, cena y espectáculo 170 euros, cena y espectáculo en el Moulin Rouge con transporte incluido 205 euros, como verás los precios son asequibles a todos los bolsillos.
No he entrado nunca. Me dijeron que el espectáculo era caro y malo, y en cualquier caso prefiero caminar por la ciudad. Y no creo que tenga mucho que ver con la idea que nos trajo John Huston en su película.
Tawaki He leído varios comentarios en la red y especialmente uno los pone a caldo, se las prometía muy felices y le sacaron 200 euros por una cerveza y gracias a que se marchó pronto ya que la «animadora» de turno le quería sacar otro tanto. Esto en La Diva.