No se si os gusta la cerveza negra, yo nunca la había probado, no me resultó fuerte y noté un ligero sabor a regaliz, cosa que descubrí posteriormente que era cierto.
El restaurante cervecería «U Fleku» nos lo recomendaron dos personas, así que allí fuimos sin saber exactamente que es lo que nos íbamos a encontrar, aunque vi que había muchas referencias en la red.
Historia de la cervecería U Fleku : El primer documento escrito data de 1499, cuando la casa fue comprada por maltster Vít Skřemenec. La cervecería U Fleku es, pues, la única cervecería en Europa Central, que se viene gestando de forma continua durante más de 500 años. La cervecería fue nacionalizada con el inicio del régimen comunista. Los propietarios originales, la familia Brtník, recuperaron la cervecería y restaurante en 1991, tras la caída del régimen.
La atmósfera de la casa histórica se destaca además por una decoración elegante y muebles de todas las salas de restaurante – la legendaria, peculiar «Academia», donde las celebridades del 19 y principios del siglo 20 se utiliza para satisfacer, la sala denominada «Václavka» con vidrios de colores ventanas, o Sala de los Caballeros, reconstruidas y equipadas en un estilo romántico.
U Fleků no sólo es el más famoso restaurante checo, sino también un lugar de peregrinación para todos los amantes de la cerveza, tanto checos y extranjeros. Para otros, somos una internacionalmente reconocida localidad turística vale la pena visitar por su valor histórico. El restaurante es también un lugar para una experiencia culinaria. El personal de la cocina moderna y la oferta de platos de la vieja bohemia va a satisfacer los deseos de todos los gourmets.
El local es muy grande, con dos plantas distribuidas en varios comedores enormes con mesas corridas, nada mas tomar asiento el camarero sin preguntar nos sirve una jarra de la cerveza fabricada por ellos mismos.
Al servirnos el camarero las cervezas, le preguntamos que si sabía español, nos contestó con una respuesta que se han debido de ir pasando entre ellos «Un poco«, y nos sacó la carta.
Le pedimos el menú de la casa y con un OK, intuimos que nos decía Codillo y Goulash. Este último procedente de Hungría, aunque existe una versión checa que forma parte de la gastronomía nacional. El goulash suele prepararse con carne, caldo de res, cebollas, pimientas, pimientos molidos y patatas. Es un plato que encantará a los aficionados de la buena comida.
El codillo creo que lo conocemos todos, muy típico de la república checa y lo encontraréis en la carta como roast pork, guisado con verduras, según aparece en las imágenes.
A mi la cerveza negra no me gusta demasiado, prefiero la rubia. Eso es comida y no la Burguer de MacDonalds, aunque no sé si da fuerzas para andar, o dá ganas de reposar.
Os veo muy inapetentes.
Jesús Estábamos con los prolegómenos, «Rápido, hacer pronto las fotos que no me puedo contener» y así pasó, los codillos terminaron siendo huesos casi sin transición y el goulash desapareció sin saber donde había ido, por la tarde nos fuimos a ver la casa torcida (danzante) para ver si seguíamos el ritmo y por la noche ni nos acordábamos que habíamos comido, los del hotel dijeron que viajeros como nosotros no les convenían.
Es la única cerveza que me gusta, la negra… El codillo lo probó mi hermano Melquiades que disfruta mucho con la comida. Yo no me atreví a tanto. ¡Salud! Abrazos
Ligia Esta de U Fleku es muy suave, y el codillo estaba muy bueno y jugoso.
Abrazos
Hay muchos tipos de cerveza negra y ésta es quizás una de las más suaves, así que es ideal para iniciarse. Como amante que soy de la buena cerveza, no creo que haya visita completa a Praga en la que no se incluya este local. Me alegro de que lo hayas disfrutado.
Te recomiendo ésta, pero cuidado, que tiene diez grados.
http://www.cervezasagra.es/cervezas/sagra-bohio.html
y por supuesto la Guinness y la Beamish.
Tawaki Efectivamente es un sitio para visitar y comer y al igual que hicieron unos comensales checos en otra mesa, nosotros cantamos un par de canciones conocidas españolas, no nos pareció excesivamente cara la comida y más teniendo en cuenta la cantidad de cerveza que bebimos.
Gracias.
Como he dicho en Flickr, a mí la cerveza negra no me gusta porque está como dulce.
Senior citizen A mi no me pareció dulce, simplemente con un grado alcohólico muy bajo, por supuesto la que tomamos allí que no se sirve embotellada en ningún sitio, aunque según acabo de leer el grado alcohólico es de 4,1.
Hay muchas clases de cerveza negra, a mi me gustan todas 🙂
<salud
Genín Yo las tendré que ir probando para dar mi opinión.
Saludos
Ja,ja,ja…
También estuve en U Flekü ¿quizás en la misma mesa? no creo porque el local es enorme, nosotros quedamos en la planta baja casi en la misma entrada. También cené el codillo con goulash que estaba muy bueno, y bebí cerveza negra, aunque fuerte, a mi me gusta. Enfrente teniamos a unos italianos, y entablamos un «duelo» de canciones, acompañando a los músicos que amenizan la cena. Es un lugar muy típico para el turismo pero al fin y al cabo también nosotros nos incluimos en él, sobre todo cuando se va poco tiempo a una ciudad y en grupo. Es estupendo viajar.
Un afectuoso saludo.
Chela Si no estuvimos en la misma mesa poco le faltó. También cantamos un par de canciones españolas e incluso hubo un tímido intento de aplausos.
Saludos
De la cerveza no puedo opinar, no la he bebido del codillo sí , no me gusta 😉
Un beso.
Laura. M Sobre gustos no hay nada escrito.
Un beso
Nunca probé la cerveza negra pero si encima dices que sabe a regaliz, ya ni se me ocurre probarla.
Calandra Al probarla por primera vez, lo hice con precaución como si me fuera a picar una guindilla, ya que me la esperaba fuerte, esa es la sensación que me dio, luego ya no lo noté, pero en España me dijeron que el regaliz era uno de los sabores característicos en algunas de las cervezas negras, pero que era muy difícil de notar.
Pues no soy cervecero, asi que ni rubia ni negra… Pero me gusta el codillo y he probado el goulash.. En cuestiones gastronómicas, cuando se viaja, hay que procurar adaptar el paladar a las novedades.
Una mirada… Antes cuando viajaba por Aragón en el trabajo, me gustaba probar todo lo nuevo que veía en alguna carta o que nos recomendaban como menú y en bastantes casos era una experiencia gratificante para el paladar.