Antes de empezar a leer, quiero aclarar que no hay nada malo en esta historia, es la visión sin malicia de un niño que cuenta todo lo que ve, sin tapujos ni engaños.
Luisito vio pasar el coche de su papá cerca del parque dirigiéndose hacia el bosque.
Curioso, siguió al auto y vio a papá y a la tía María desnudos y un poco «acaramelados»
Extrañado corrió a casa a contárselo a su mamá…
«MAMÁ, MAMÁ, ESTABA EN EL PARQUE Y PAPÁ Y …»
Su madre le pide que se tranquilice y empiece desde el principio ya que no entendía nada.
Luisito volvió a empezar con más tranquilidad : Estaba en el parque y vi el coche de papá ir hacia el bosque con la tía María…
Ví a papá darle un gran beso a la tía, después le ayudó a quitarse su jersey, más tarde la tía María es quien ayudó a papá a quitarse el pantalón, y después la tía se tumbó en el asiento, y después papá…»
En este momento, su madre le corta y le dice : Luisito, tu historia es tan divertida que la deberías guardar hasta la cena. Me gustaría ver la cara de papá cuando nos la cuentes a los dos.
Por la noche, en la cena, alrededor de la mesa, mamá le pide a Luisito que cuente su historia…
Luisito cuenta entonces su historia describiendo la llegada del coche al bosque, papá, el desnudo, la tía María tendida en el asiento, y después dice : …papá y la tía María, desnudos, hicieron lo mismo que mamá y el tío Carlos … cuando papá se va de viaje de trabajo.
Moraleja : Debes escuchar hasta el final cuando alguien te habla.
Recibido por correo. Gracias Luis
¿Quiso cazar, la cazada????
O mejor dicho, quiso juzgar sin juzgarse ella primero.
Esta historia tiene la frescura e inocencia de un niño, de su visión de las cosas. Me quedo con eso.
La moraleja, muy buena.
Un abrazo, Jubi. Feliz día.
Nélida Estamos en un caso de los que últimamente se prodigan mucho, se ven los errores ajenos, pero no se quieren ver o recordar los propios.
Un abrazo.
No se puede ser justiciera sin juzgarse primero a si misma.
Calandra Eso solamente lo hacen los dictadores de los que de vez en cuando se prodigan en determinados países. «La fruta» afirma que la oposición en lanzuela «es la que provoca todos los altercados y muertos ocurridos en los dos últimos meses».
Muy buen final, todos tenemos algo que guardar y para airear lo de los demás abrimos todas las ventanas y pasa lo que pasa. Abrazos
Ester Hay que echarle emoción a la historieta y descubrir el resultado solamente en el último segundo.
Abrazos.
Sería bueno ver la cara de la mamá cuando el niño acabó de contar la historia de lo que vió en el parque. Bueno, la de ambos cónyuges, cazados por la inocencia de su «curioso» hijo.
Frajayo No me he atrevido a poner una cámara de vídeo dentro del domicilio ya que hubiera incurrido en un delito contra la intimidad, el derecho a la propia imagen y la inviolabilidad del domicilio.
Es que los niños son tan graciosos, que con una tontería alegran la velada.
Jesús Si claro, y es que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
Ja, ja, qué «gracioso» el niñito… La cara de la madre sí que sería un poema. Abrazos
Ligia El niñito al ver la cara de sus padres, preguntaría de manera totalmente inocente «Qué he dicho yo para que pongáis esa cara?»
Abrazos
A saber lo que vió Luisito,
Igual la tía María se estaba probando el traje que le iba a regalar Papá por su cumpleaños. Y Mamá,…, Mamá igual le estaba zurziéndole un «pespunte» al tio Carlos con los pantalirones bajados para «cogerlo» desde dentro y que no se viera…
– Además, Luisito, ¿Qué hacias tú abrazado a la monja en el cole?
– Estaba en clase, aprendiendo, que lo sepas.
Anarkasis Podría ser que tuvieras razón, pero como el dicho ese de «Piensa mal y acertarás«, todos nos hemos decantado por la opción más lógica ¿o no?
Lo de la monja, ya daría para otro artículo. Y es que con Wert y la Iglesia hemos topado.
Saludos
jajajaja Ese tipo de historias con el giro revelador al final me encantan 🙂
Salud
Genín Estas historias con moraleja son las más interesantes, se aprende mucho con ellas soltando una risitas.
Saludos
No esperaba ese final su madre … ni yo !!
trimbolera Toma, ni yo tampoco, hasta que no he escrito el final, no sabía de que iba la cosa.