La laguna de la Parra o laguna de Taravilla es una laguna de montaña situada en el sur del término municipal de Taravilla, en la provincia de Guadalajara (España), y dentro del Parque Natural del Alto Tajo. Pertenece a la cuenca hidrográfica del Tajo.
La laguna de Taravilla es uno de los escenarios principales de la novela El río del Edén del escritor español José María Merino.
Leyenda : Una tarde de septiembre de 1528, bajo una imponente tormenta, llamó a un albergue perdido en el monte, un noble caballero. Sus vestidos eran lujosos, y el ventero, después de inspeccionar por la mirilla de la puerta abrió complacido.
El recién llegado pidió lumbre para secar sus ropas y permiso para meter en la cuadra a su caballo. Como la tormenta no cesaba y la noche se echaba encima, decidió alojarse allí; mandó que le prepararan una buena cena y una habitación para dormir.
El ventero, imaginando que el caballero sería algún gran personaje extraviado en el monte y con sus bolsillos repletos de escudos, determinó apoderarse del oro, ya que a un rincón tan intrincado del bosque nadie le habría visto entrar. Le sirvió la cena lo más rápido posible, y no cambió palabra con él para que sin ninguna distracción, se retirara inmediatamente a su aposento. El dueño de la posada, se despidió para acostarse, se metió en su cuarto, buscó un afilado cuchillo, y con gran agitación esperó a que su huésped estuviese acostado.
Escuchó un rato sin percibir el menor ruido, y sabiendo que ya con certeza el caballero dormía, abrió con cuidado la puerta, se lanzó sobre el lecho y clavó repetidas veces el arma sobre el infeliz durmiente. El asesino cuando comprobó a la luz de una bujía que el hombre estaba muerto, registro sus ropas, hallando en ellas varias bolsas de oro.
El hostelero se sintió feliz, varias veces contó las monedas y finalmente las puso en lugar seguro, metió a la víctima, rápidamente, en un saco lleno de piedras y cosido, lo cargó y lo transportó hasta la cercana laguna de Taravilla, la cual creen sin fondo y comunicada con la Muela de Utiel por abismos subterráneos.
Vuelto a casa, el criminal borró toda huella del crimen, se acostó satisfecho y durmió toda la noche. Al día siguiente, como no encontró el cuchillo, se inquietó con el pensamiento de que lo hubiese dejado clavado en el muerto y de que el arma llevaba grabada en la hoja su nombre y apellidos. Pero se tranquilizó pensando ¿quién podría verlo nunca ?, podría vivir tranquilo, ningún humano había llegado jamás al fondo del lago.
Pasados unos meses, una negra noche, un fuerte temblor de tierra se dejó sentir en la comarca, abriendo las entrañas de la Muela de Utiel, lo que hizo que bajaran las aguas del lago de Taravilla, finalmente desaparecieron en las entrañas de las simas y el lago quedó seco. Acudieron a contemplarlo los vecinos de los pueblos de alrededor y descubrieron un saco abierto por algo cortante y un cadáver con un puñal en la mano, ese puñal llevaba el nombre del hostelero grabado.
La noticia se divulgó rápidamente, y el asesino al verse descubierto, antes de ser detenido, se ahorcó de una viga.
Semanas más tarde las aguas comenzaron a llenar de nuevo el lago. Desde entonces se ha repetido varias veces el fenómeno, y los vecinos creen que las aguas se retiran cuando el lago esconde algún secreto, y vuelven a aparecer cuando se le ha dado al cadáver cristiana sepultura.
La laguna de Taravilla es visitable, y está cerca de Molina de Aragón, en el parque natural del Alto Tajo.
Fuentes:
Leyendas castellanas
España Eterna
Revista Avalón
Wikipedia
Muy buena leyenda, que no me extraña que sea verdad. Abrazos
Ligia En aquella época cualquier cosa podría pasar, al menos es lo que vemos en la películas.
Abrazos
O sea que ya en el siglo XVI se echaban porquerías a los estanques. No fue una reacción geológica, fue ecológica.
Jesús Eso de la contaminación en los lagos es de tiempo inmemorial.
Veamos un ejemplo :
Apocalipsis 20:10 Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos…
Apocalipsis 20:15 Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.
Imagina como estaría de porquerías que hasta ardía y todo.
Muy, muy bueno. Me has sorprendido.
Jesús No hay nada más que buscar por internet y en la mayoría de las ocasiones aparecerá lo que buscas.
Dicen que el terremoto de Lisboa, 1755, llegó hasta el parque Nacional del alto Tajo desviando el cauce del río y los farallones parecían de cartón, las truchas quedaron al descubierto y la gente las “pescaba” con las manos. El Tajo tiene muchas leyendas, esta no la conocía y me ha parecido que tiene una buena moraleja, y posiblemente algo de verdad. Un abrazo
Ester Yo creo que la mayoría de las leyendas pueden tener un poso de verdad, y que el boca a boca, ha ido ensalzando y engrandeciendo.
En cuanto a las truchas no hay que retroceder tanto en el tiempo, yo las he cogido con mucho cuidado a mano, en las pequeñas charcas que aparecían cuando se iba secando el río, para ponerlas en medio de la corriente y también he oído, no lo he visto, que en la acequia del molino, cuando el molinero en verano avisaba que iba a cortar el agua, los de Broto se acercaban con cubos y sacos a coger las truchas que se quedaban en el cauce seco. Ahora incluso en el río casi no quedan truchas.
Un abrazo
Regresando al asunto del que hablamos el otro día: creo que escribes bastante bien. Resulta sencillo leerte, eso siempre es mérito del escritor y, a fin de cuentas, lo que más agradecemos los lectores. Así pues, se acabo la humildad, debes pasar a ser un escritor engreído e insoportable de blog. Después, cuando te hayamos dado hasta en el carnet, no nos prives de ese placer, podrás regresar a ser tú mismo.
jose manuel borrallo Gracias por tus palabras, pero es lógico, la media docena de palabras que conozco, son las que todos conocemos por lo que no hay problemas de comunicación.
Lo de la humildad, se terminó hace tiempo, cuando me presenté en un periódico a pedirles una remuneración de 1.000 euros el cuarto de hora trabajado, entonces es cuando más sufrió mi carnet.
Ahora ya no lo tengo, me lo quitaron en una manifestación pro derechos de los blogueros que solamente sabemos copiar y pegar, claro que hay que utilizar la herramientas adecuadas… todo tiene su arte.
Las leyendas se basan en tragedias casi siempre algún poso de verdad podría haber.
trimbolera Soy de la misma opinión, salvo las realmente fantásticas, lo más normal es que todas tengan un viso de realidad.
Le estuvo bien empleado al posadero por cabrón y asesino 🙂
Salud
Genín Es que en aquella época los venteros querían hacerse ricos a toda costa.
¿Y esto no está ocurriendo en la actualidad con los ladrones de guante blanco que se sientan en los escaños… aunque de manera mas incruenta y sin cuchillos?
A alguno también le llegará su San Benito.
Saludos
En las leyendas, los malvados siempre tienen castigo y los buenos recompensa. Ojalá fuera así en la vida real.
Senior citizen Me temo, que ni tu ni yo lo llegaremos a ver, pero en algún momento ocurrirá. Aunque si repasamos la historia, no ha sucedido nunca, desconfío de que llegue a ocurrir.
Creo que todas las leyendas tienen algo de verdad. Le viene bien el refrán de la avaricia rompe el saco 😉
Buen fin de semana.
Un beso.
Laura.M La mayoría de las leyendas tienen una pequeña dosis de realidad. Efectivamente le viene bien tu refrán y también ese de «El que mucho abarca, poco aprieta«, mesonero, asesino y ladrón no es tener corazón.
Lo mismo te digo, de Caldero a Caldero y tiro por que me toca.
Un beso
Poco le duró la alegría al ventero, ni le dio tiempo a gastarse los dineros. En la leyenda el ladrón se ahorca, en la vida real a los ladrones ni se les pasa por la cabeza.
Calandra En la vida real, el dinero lo esconden en paraisos fiscales y lo van sacando poco a poco para gastárselo en «chuches», coches de lujo, comidas pantagruélicas, viajes a todo tren, dádivas y presentes a los políticos para conseguir más dinero… en fin minucias de este estilo.