Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».
Y es que en todos los sitios cuecen habas y en mi casa hay políticos/as que lo hacen a calderadas.
Muy oportuna la entrada. Unos abrazos
Ester Como solamente conozco tres o cuatro idiomas… el de la calle, el español, el de andar por casa, el castellano… no soy el más apto para ver la paja en el ojo ajeno, pero según he leído, se parecía a la viga que yo llevo.
Abrazos
Pues eso, que la poesía no tiene desperdicio y contiene un gran ingenio.
trimbolera Seguro, que siempre que quieras poner un ejemplo y sepas bucear por internet, encuentras algo en la poesía.
Aquí no somos menos, el portu se hubiera asombrado que aquí a la misma edad de los gabachitos o antes, los nuestros hablan español, o en algunos sitios algo parecido 🙂
Salud
Genín Eso me parecía a mi, en Aragón hacemos igualico y no tenemos que ir ni a Portugal ni a Francia para aprender el español. 🙂
Saludos
Si hablo despacio el español o castellano, normalmente me entienden.
Jesús En ocasiones a mi ni eso, especialmente cuando llevo la boca llena de un mantecado.