Había una vez un monje que quería acercarse a Dios y no se le ocurrió otra cosa que subirse a lo alto de un cerro y construirse allí una casa.
En la base de una montaña, en medio del mar o en los árboles… Cualquier lugar parece bueno para construir una casa, aunque no todos estarían dispuestos a vivir en ellas. Y es que hay arquitectos que son capaces de levantar hogares en los rincones y parajes más insólitos; no obstante, no todos pueden elegir: también hay tragedias.
En una región aislada en el Caúcaso, un monje georgiano se pasa los días rezando en silencio sobre un peñón calizo que destaca sobre el bosque, como si se tratara de una película de aventuras. Desde 1993, este recóndito lugar es hogar de Maxime Qavtaradze, el último de los Estilitas, una ordenación cristiana que vivía en Oriente Medio desde el siglo V. No sin esfuerzo, la comunidad consiguió lo que parecía imposible: construir una escalera (la veremos en otra imagen) hacia lo más alto del relieve para levantar una iglesia, así como un pequeño hogar para el protagonista.
Maxime Qavtaradze ha estando siguiendo las tradiciones antiguas de los estilitas, o “Santos de pilar”: hombres del mundo bizantino quienes creían que residir encima de pilares los quitaría de la tentación y les daría oportunidad para el rezo y la contemplación.
La vida solitaria de este monje salió a la luz después de que al fotógrafo neozelandés Amos Chapple se le permitió fotografiar a este hombre y su piedra, pero sólo después de haber pasado cuatro días en intensivos rezos.
Al principio, la vida en el Pilar Katskhi, fue muy dura para Qavtaradze.
“Los primeros dos años no había nada ahí arriba así que dormía en un viejo refrigerador que me protegía del clima”, apuntó el monje de 59 años. Más tarde, simpatizantes cristianos renovaron una capilla en ruinas y construyeron una cabaña para ofrecerle un poco de comodidad básica.
Qavtaradze baja dos veces por semana por una escalera adherida al pilar para rezar en un pequeño monasterio al pie de la torre. La bajada le toma alrededor de veinte minutos de arriesgado terreno. Y depende de las provisiones diarias que le mandan con una polea sus seguidores en tierra.
Fuente : Yahoo y Pijamasurf
Si yo tuviera que subir por esa escalera, os puedo asegurar que sin darme cuenta aterrizaría en el interior del infierno ya que ni el vértigo, ni el cansancio me permitiría llegar al final.
Es que parece que se quieren ir del mundo, de verdad, yo no sé si está más cerca de Dios, pero desde luego bien solitario sí.
trimbolera Por lo menos no tienen que hacer caso de los médicos, mira que si le dicen totalmente prohibido utilizar las escaleras…
Me veo a los feligreses montando un ascensor a pedales movido por ellos mismos ya que la electricidad por esos lares ni se conoce.
Interesante historia. Aunque se salga de nuestro entendimiento, mucha fe y virtud se tienen que dar para sobrevivir ahí en el día a día y también para no caerse por esa peligrosa escalera.
Como dato curioso, no se me escapa que las vistas deben ser tremendas, una maravilla.
Gracias por compartirlo, he llegado a tu blog por casualidad y me ha gustado. Con tu permiso, volveré.
Un saludo.
Nélida.
Nélida Lo de las vistas tiene que ser gratificante, claro que tiene un problema, sin cámara de fotos no las puede compartir y si invita a alguna visita seguro que declina la invitación… excepto algún espíritu tan exaltado como el.
Permiso?, esta es tu casa, voy a ver si termino rápido ya que este fin de semana he estado en las alturas… no tanto como el monje por supuesto, yo solamente me he aventurado en el Pirineo Aragonés y visito tu blog.
Un saludo.
Emilio
Son diferentes, tienen una disciplina que nosotros jamas conoceremos. Yo tampoco subiría. Un abrazo
Ester Yo tendría que descansar tres o cuatro veces y mira tu donde iba yo a encontrar un sillón o aunque fuera una silla a esas alturas.
Abrazos
Con todo mi respeto a los estilitas. Para llevar esa vida de soledad hay que ser demente o pletórico de Dios.
Jesús Date cuenta que allí se respira aire puro, sin contaminar… el único riesgo existente es que sin querer pase un reactor un poco bajo y se te lleve agarrado de un ala. ¿De donde crees que nacen las compañías aéreas low cost? De todos los monjes que se llevaron hasta que subieron el tope de altura a su paso por ese monte.
Son todos iguales, el caso es que le tienen que alimentar pero el tío no pega un palo al agua. Baja dos veces a la semana, yo le supero, solo voy al Mercamonas una vez cada 10 días, eso si, con mi viejo Ibiza, y la comida me la pago yo :))
Salud
PD:
Algo pasa, ahora para comentar hay que rellenar siempre con los datos y es un coñazo.
Genín Pero está todo el día de meditación y rezos ¡¡Señor, señor que esos que me suben el alimento, no se den cuenta de que estoy comiendo sin trabajar!! Amen
No me extrañaría que hubiera que teclear siempre los datos ya que me están poniendo todo tipo de seguridad para que no traten de conseguir una victoria atacando a este blog.
http://www.unjubilado.info/2013/08/03/ataque-al-blog-de-unjubilado/ además eras tu el primero que comentabas.
Incluso en ocasiones a mi también me pasan cosas raras, ya que interiormente casi siempre me están escaneando las tripas del blog.
Haz una cosa que a mi me funciona, antes al igual que a ti, no tenía que escribir mis propios datos, ahora si, pero si pulso dos veces en el m¡nombe, en el correo y en web aparecen mis datos. Prueba y luego me dices.
Saludos
P.D. Hoy si no recuerdo mal ya sabes los resultados, espero que la única penitencia que te pongan es que te digan «La comida sana y natural y teclear todos los datos, todas las veces que acudas al blog de unjubilado» eso si, sentado en el sillón.
Mal conocen a Dios si piensan que por vivir en los altos están mas cerca de Él.
Calandra Ignoro como habrán sido tus viajes en avión, pero en los míos, sacaba el brazo por la ventanilla y fíjate si estaría cerca, de Él que conseguía darle un apretón de manos e incluso le decía no te acuerdes en mucho tiempo de mi.
Recogerse en la fe a esas alturas y tan retirado del mundanal ruido, pienso que, tiene mucho mérito. El hombre, por su naturaleza, está llamado a vivir en sociedad y me descubro ante personas que siguiendo los estímulos de sus creencias, viven apartados y en comunión con el Dios que veneran.
Frajayo También podría ser por remordimiento, desilusión, desazón… o por huir de la justicia como el último caso en el que han encontrado a un uruguayo en Los Andes que era buscado en Chile por abuso sexual, aunque no se quedó allí de manera voluntaria.
Aunque evidentemente puede darse el caso que que sea por fe.
La ventaja es que no tiene Comunidad de Propietarios ni tiene que saber nada de la Ley de Propiedad Horizontal.
Senior citizen La ley de propiedad vertical (existe y es más restrictiva que la horizontal) dice : Por su parte, la Propiedad Vertical es aquella que se compone de varias viviendas o locales que pertenecen a una propiedad única y que, por lo tanto, no se encuentra dentro del régimen de la Propiedad Horizontal.
Es común que este tipo de Propiedad se pretenda rentabilizar por los titulares destinándola al arrendamiento en sus diversas formas, que puede recaer sobre edificaciones habitables para uso residencial permanente o temporal (arrendamiento de temporada, para ejercer actividades industriales, comerciales, artesanales, profesionales, recreativas, asistenciales, profesionales, recreativas, culturales o docentes).
Así que como salga por ahí un venado o un macho cabrío con ganas de armar el cotarro y sin necesidad de ir a los tribunales, veo a nuestro monje de patitas… de cabeza en el suelo.
Y esta claro que en este caso la propietaria es La Naturaleza.
El asunto deportivo lo tiene cubierto con ese sube/baja…
Una mirada… Seguramente tendrá comida natural y sana, presumiblemente no fumará, no creo que le suban cervezas o bebidas alcohólicas, el ejercicio lo tiene garantizado, así que le espera una larga vida.
¿Y no sería mejor que Dios bajase de las nubes?
Me recuerda a una película de Bond, rodada en un escenario parecido.
Tawaki No quisiera ser un sacrílego, pero los que viven en las alturas se suelen acordar muy poco de los pobres que pisamos tierra firme, aunque en ocasiones el barco en el que viajamos se mueva mucho más de lo debido.