El otro día hablábamos en este blog de un edificio que en Londres achicharraba una zona de la ciudad al converger los rayos del sol reflejados en las ventanas en un determinado sitio.
Pues bien en Sudáfrica son más listos y aprovechan esto mismo, en menores dimensiones para cocinar los alimentos.
Veamos el vídeo subtitulado.
Un poco incómoda si me parece y además en mi tierra la mayor parte de los días no podríamos utilizarla.
Leodegundia En tu tierra se podría utilizar todos los días del año, incluso por la noche, solamente sería necesaria que media docena de mujeres hermosas se acercaran a cocinar para que los rayos resplandecieran más que el sol y por supuesto calentaran la sartén más que en Sudáfrica.
Ja ja ja, entonces yo no podría acercarme a cocinar porque dejaría de funcionar el invento.
Leodegundia En tu caso con tu presencia sería suficiente.
Cuando lo pusieron a la venta en un principio iba dirigido a los campings, pero veo que han ampliado mercado. Si les resulta útil me parece estupendo y pueden usarlo varias familias acoplándose a un horario de comidas y así compartir el gasto de compra. Una buena idea.
Abrazos
Ester No conocía este invento para utilizarlo en los camping, si que había oído ese de «vete a freír espárragos» cuando el vecino de al lado se enfadaba por las molestias que causaba al resto de campistas, pero pensaba que los freían en una cocina de camping gas.
Abrazos
Pues en Granada no hace falta ni eso, ya que se pueden freír huevos sobre el asfalto en verano.
Senior citizen ¡Qué suerte tenéis!, con lo que ha subido la luz últimamente es una gran ventaja. ¿Recuerdas que en cierta ocasión y frente a una pequeña bajada del precio de la energía eléctrica, te comenté algo parecido a que no conocíamos todos los factores de la bajada y que a corto plazo resultaría una subida?
Pero lo malo es que aquí habrá que pagar una canon al PP que se han apropiado del sol… :))
Salud
Genín No des mucha ideas que te harán pagar por discurrir demasiado.
Espero que no te llegue nunca ese canon.
Saludos
En el laboratorio del instituto había un reflector de concentración pequeñito –tazón solar, se llamaba- y conseguíamos calentar el agua de un cazo que colocábamos en el alféizar más soleado, aunque dudo que hubiéramos conseguido freír una loncha de beicón, quizás en verano, a cuarenta y tantos grados…
Una mirada… En este caso el tamaño si que importa. Una pequeña lupa es capaz de encender un cigarrillo, si perseveramos y la ayudamos con pequeños soplos de aire podemos provocar un gran fuego, si le vamos suministrando combustible, si a ese tazón le vas aumentando de tamaño conseguiría lo del vídeo o lo de esta imagen.
Muy ingenioso, ya podían aprender algunos…
Tawaki Si los inventores humanos y todos en general nos pusiéramos al lado de la Naturaleza otro gallo nos cantaría.