Asaltan una joyería de madrugada en Bilbao y la «poli» necesita un sospechoso.
Entonces encuentran a un borracho cerca del lugar y lo llevan a comisaría.
Allí lo bajan al sótano y un «poli» empieza a meterle la cabeza en un cubo de agua.
Cuando el borracho está casi sin aire, el «poli» lo saca y le pregunta : – ¿Dónde están las joyas?
El borracho balbucea intentando coger aire y respirar, pero el «poli» repite la operación tres veces, hasta que a la cuarta lo saca.
El borracho, a punto de morir ahogado, empieza a jadear tomando aire y el «poli» repite : – ¿Dónde están las joyas?
Y el borracho le contesta : – ¡Cagoen…….! ¡Contratar a un buzo, hoooooostia, que yo no las veo!
Recibido por correo.
🙂 Buenísimo, no me esperaba ese final.
Leodegundia Yo tampoco me esperaba el final. Como curiosidad, el post tardé en prepararlo un par de minutos, la imagen me llevó bastante más, ya que desgraciadamente es una foto real de hace poco, torturando a un preso en un país del Este, no he sido yo el que ha tapado las caras, me decidí a ponerla cuando vi que estaba en muchos sitios en la red, esa es la noticia triste de este chiste.
Tienes razón, la brutalidad humana siempre es triste.
Leodegundias Yo creía que esto eran métodos de la Edad Media o de la Inquisición, pero tengo que reconocer que las cosas no han cambiado excesivamente.
Jajajaja… Y como le sigan lavando el pelo acabará confesando que empujó a Manolete contra los cuernos del toro.
Una mirada… No me extraña que a un condenado le hagan «cantar» lo que quieran, torturándolo de esa manera. Lee la contestación al comentario de Leodegundia.
jajajaja Que agusto me he reído !!!
Gracias, 🙂
Genín Yo también me reí muy a gusto, hasta que me enteré que la foto era real y de fecha muy reciente.
Saludos