El poder del miedo
La Peste se dirigía a Damasco y pasó velozmente junto a la tienda del jefe de una caravana en el desierto.
-“¿Adónde vas con tanta prisa?” Le pregunto el jefe.
-“A Damasco. Pienso cobrarme un millar de vidas.”
De regreso de Damasco, la Peste pasó de nuevo junto a la caravana.
Entonces le dijo el jefe: -“¡Ya sé que te has cobrado 50.000 vidas, no el millar que habías dicho!.”
-“No,” le respondió la Peste.
-“Yo sólo me he cobrado mil vidas. El resto se las ha llevado el Miedo.”
Felicidad
Decía un anciano que sólo se había quejado una vez en toda su vida.
Cuando iba con los pies descalzos y no tenía dinero para comprar zapatos.
Entonces vio a un hombre feliz que no tenía pies.
Y nunca volvió a quejarse.
Diógenes
Estaba el filósofo Diógenes cenando lentejas cuando le vio el filósofo Aristipo, que vivía confortablemente a base de adular al rey.
Y le dijo Aristipo: «Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas».
A lo que replicó Diógenes: «Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey».
Muy buenos los tres, 🙂 pero lo que en realidad me encantó es la imagen de la rana, se la ve feliz y relajada.
Con lo ricas que están las lentejas bien hechas, ese no sabia de lo que hablaba…
Salud
Leodegundia La rana, se la ve contenta, relajada y como diciendo ¡que vengan lluvias que es lo mío!
Genín ¿Ya sabes lo que se dice de las lentejas? «Si quieres comer, las comes y si no las dejas»
Saludos