Pero esto será otra historia… Así terminaba la primera parte
… Nos llevaron a una improvisada aula y allí y por escrito, empezamos con unos test de inteligencia (como si sirvieran para algo), después ya de forma más concreta, preguntas relacionadas con transmisiones.
Recuerdo que una de ellas era que les explicáramos el funcionamiento de un micrófono, de los de aquella época con granalla de carbón en su interior.
Al día siguiente nos hicieron acudir al mismo aula para de manera verbal seguir con la misma marcha.
En mi caso fué un soldadito que nada más empezar me preguntó de donde había sacado tanta información, yo le contesté que es lo que mejor conocía y ya sincerándose me dijo, yo trabajo en la misma empresa que tú, pero tú eres operador y yo solo mecánico, así que aunque no he entendido mucho de lo que me has contado te he puesto la máxima nota.
Después y en voz muy baja dijo que había visto mi «expediente» y puesto que yo había trabajado en Radio, que iba a poner una nota adicional comentándolo.
-Aquí hay un taller de radio; me dijo y el soldado que lo atiende es de nuestra empresa, el capitán le ha dicho que se busque un buen sustituto y la licencia la tiene en el bolsillo, -¡pero si yo de aparatos de radio y televisión no tengo ni idea!
-Tú calla y déjame hacer a mí, que llevo mucho tiempo de mili.
Y así es como terminé en el taller de radio.
Al ir a coger el avión; a mi compañero del mencionado taller, le preguntó un oficial: ¿Has sido feliz en el ejercito?
Soldado: ¡Si, señor!
Oficial: Y ahora que te licencias, ¿que vas a hacer?
Soldado: !Ser mucho más feliz, señor!
Alguna vez hasta los mandos se equivocaban:
El capitán está pasando inspección a la tropa, cuando de repente se le ocurre poner a prueba a sus soldados, y le pregunta a uno:
–A ver, tú, que harias si en un combate muriese el sargento de tu patrulla?
– Nada, señor.
– ¿Como que nada?
– ¡¡Es que yo soy el sargento, señor!!
Despúes del bocadillo, (este refrigerio no estaba incluido en el menú de pensión completa que nos habían prometido), el capitán me preguntó si conocía el Morse yo le dije que conocía los símbolos pero de eso a seguir una conversación en Morse había un abismo.
Me dijo, ya lo aprenderás porque lo primero que vas a hacer es estar una o dos semanas escuchando y practicando el alfabeto Morse.
Al principio fuimos cuatro o cinco pero al final quedamos dos y como estábamos uno enfrente del otro nos entendíamos perfectamente, ya que si no era por radiotelegrafía nos quitábamos los cascos y la eterna pregunta que se repitió en muchísimas ocasiones.
¿Qué coño me estas diciendo?.
Los veteranos comentaron que uno de los dos iría a Las Palmas con una emisora (1ª parte del relato) y el otro se quedaría en Ifni.
Pero ahora están tocando a fajina y lo primero es alimentarse.
Más adelante hablaré de mis experiencias en el taller de radio que fueron muchas y variadas e incluso de las minas que los españoles en la guerra del 1957 y 1958 dejaron abandonadas en los pasos fronterizos y la manera que tuve de escaquearme para no ir nunca a localizar minas; pensar que ingenieros estaba compuesto de transmisiones y zapadores.
No obstante esto serán pequeñas historias aisladas.
Y para que no decaiga el ánimo y atendiendo a un deseo de Sacri, para todos ustedes Margarita se llama mi amor y Retreta Legionaria
Si alguien está interesado en practicar el Código Morse pinchar en esta dirección.
Si tenéis intención de montar vuestra propia emisora ir a la URE.
qué interesante esto que cuentas! y qué ameno y divertido a la vez, con ese toque especial que tú acostumbras a dar a cada historia.
un beso!
muy formativo y simpático.Besitos nina
Vaya, lo que me he perdido no haciendo la mili!
Me gustan estas historias de mili… Me recuerdan a enormes tardes de domingo delante de un café cuando mi padre y mi abuelo desgranaban una a una todas sus anécdotas.
Sigue contando por favor!
Estas historias rancias de mili, a mi que no la hice, me resultan propias de un mundo desconocido pero fascinante de una España en blanco y negro.
Jubilado, no veas el ambiente militar que se respira por esta zona. Bueno como Julio va a ir por ahí, que se vaya ambientando un poco. No se que pensarán los vecinos con tanta música militar.
Lo del sargento muy bueno.
Un abrazo
Me acabo de devorar tu relato, parte 1ª incluida..y me he reido un monton!!! Tuvo pinta de no ser mala época, eh?
un saludo!!!
que guay
Pues te juro que lo de practicar el código morse me llama la atención. Lo de escaquearse antes que ir a buscar minas, lo entiendo. Menudos ingenios hemos inventado a veces…
Yo recuerdo que todo el mundo (o la mayoría, vaya…) se quejaba del menú (el famoso «sopa de, patatas con»). Pero yo me chupaba los dedos jajajaja Mejor dicho, que queda más propio, me ponía las botas xD.
Joer, qué glotón soy.. 😛
Almena Trato de hacerlo un poco entretenido ya que de otra manera, sería muy farragosa su lectura y no interesaría a nadie. Gracias por tus palabras
Un besito
Nina Tienes razón en lo de formativo, así que de ahora en adelante todos a formar en filas de 3 y medio y que mirando de frente solo vea a los 3 y medio de delante. Formación en marchar ¡¡Arrr!! Uno, dos, uno, dos…
Besitos Nina
Lucas Has tenido suerte, en no hacerla y te puedo asegurar que no te has perdido nada, leida o escuchada a trocitos pequeños y de cuando en cuando puede resultar curiosa. Me quedan unas poquitas historias más, todo llegará a su debido tiempo.
Un saludo
Don Tonino Te digo lo que a Lucas, en mis tiempos no era nada agradable tener que ir por obligación a perder año y medio, justo cuando estabas terminando los estudios o estabas afianzando tu destino profesional.
Un saludo
Julio Los vecinos ya no les queda opción, si alguno me trata de llevar la contraria lo pongo firmes y lo mando al calabozo. A Julio hijo, decirle que la mili ha cambiado mucho, y más si va como oficial, pero siempre tendrá a otro por encima de él y si puede dialogar, fabuloso, si no, ya sabe ¡Si señor! ¡No señor! aunque el superior no tenga razón.
Un saludo militar.
Aitor Gracias por leerte los relatos, pero los estoy pintando yo a mi manera, aunque te puedo asegurar que el fondo es totalmente real. Ibamos siempre con el alma en vilo, y enterándonos por el parte, de quién era el oficial y suboficial de guardia, para poder comportarnos de una manera o de otra.
Saludos
Mitsui Creo que visto desde la lejanía que da el tiempo, hasta a mí si lo leo un par de veces me resulta agradable, pero la verdad es que en líneas generales no lo pasé muy bien.
Besitos
Caboblanco Hoy se sigue practicando el Morse, pero reducido a un número cada vez más pequeño de radioaficionados, la ventaja que tiene es que los equipos son más pequeños que los de fonía, tienen mayor alcance, ocupan menor anchura de banda, y en sitios que las frecuencias están muy saturadas el Morse es capaz de abrirse paso y establecer una decente comunicación. También existen programitas para que introducida la señal en un ordenador, este te va escribiendo lo que va recibiendo.
Animo y buenos QSO (enlaces con otras emisoras)
Un saludo
Monocany Tienes razón la mayoría nos quejábamos de los menús, pero siempre había unos cuantos que lo apreciaban y lo degustaban con agrado, y no precisamente eran los más glotones, si apreciabas la comida, no tenías que hacer muchos servicios urgentes y encima estabas en la Península, eso no era mili, eran unas vacaciones pagadas.
Un saludo.
Gracias por publicar estas canciones militares.
Un abrazo
Sacri Siempre que una sugerencia vuestra la consiga encontrar en la red y lógicamente que no sea un artículo completo, siempre, repito procuraré complacer al que me lo haya sugerido.
Un abrazo
S quieren saber verdaderas historias de la mili entren en http://www.alsuayelsahara.visitame.es todas son veridicas