Temporada de verano. Costa Brava.
Una gran ola cubre parte de la playa y se lleva a un niño que estaba jugando en la orilla con su palita.
Su padre Josep, corre desesperado, mira al cielo y se dirige directamente a Dios: «Dios mío…soy yo, el Josep, no pots hacerme esto a mí… no pots llevarte al nen… yo siempre he sido un buen catalán, buen cristiano, cumplo lo que dice la religión al pie de la letra, no pots hacerme ésto a mi… voy a misa, a Montserrat, colaboro con la comunitat… por favor… devuélveme a mi hijo… tráelo de nuevo junto a mi…»
En ese momento, un rayo rompe el cielo , un estruendo silencia a los veraneantes… sin duda es la señal de Dios para Josep… una nueva ola llega desde el mar… y devuelve al niño a la orilla…
Josep es testigo del milagro, su amado hijo ha vuelto…
Entonces, con lágrimas en los ojos, vuelve a mirar al cielo, respira profundamente y le dice al Supremo:
«Señor… ¿y la palita…?»
Enviado por correo por un catalán.
🙂 No se si esto les gustará mucho a los catalanes, luego dicen que no los queremos, pero la historia tiene gracia.
Un abrazo
Faltaría más. Sin palita, ¿cómo podía seguir jugando el niño? :-DDD
Leodegundia En ocasiones tenemos que saber reírnos de nosotros mismos, aunque como bien dices no a todos les gustará.
Un abrazo
Pilar Gracias por no enfadarte con el chiste.
Saludos