Un hombre deberá pagar 300.000 euros por disparar al ladrón que asaltaba su casa.
El hombre para el que la Fiscalía pedía siete años de prisión por matar a uno de los tres asaltantes que irrumpieron en su casa de Arganda del Rey no entrará en prisión pero deberá pagar a los hijos de la víctima 300.000 euros.
Para los otros dos acusados por un delito de intento de robo con fuerza en casa habitada, se ha acordado la pena de un año de prisión para cada uno de ellos.
Por su parte, la abogada de los presuntos ladrones, Victoria Guerra, ha señalado que el acuerdo ha sido mucho mejor que llegar al juicio, y la representante legal de la familia de la víctima ha recordado el dicho de que «más vale un mal acuerdo que un buen pleito».
Fuente : 20 Minutos
Me hago varias preguntas, ¿que hay que hacer en estos casos? ¿ver como desvalijan tu casa sin tratar de impedirlo o rezar para que no se metan contigo y te asesinen en aras de no dejar un testigo con vida?
Pocos ejemplos tan ejemplarizantes
Así sabemos donde estamos en realidad, y por qué «valor añadido» estamos sosteniendo a toda una casta política
Vergonzoso, creo que ya escribí varias veces sobre la ley y la justicia, bueno, mejor diría la mala ley y la peor justicia, se ve con frecuencia que el que sale peor parado es la víctima y no el agresor.
¡Qué triste!
No hay un solo día que no nos enteremos de algún caso en que el agredido pierde su batalla ante la Ley. Pasan los años, urgen muchas reformas, pero nadie hace nada. La solución pasaría por devolver el sentido común a muchas cosas. Lo peor de todo es que, si no se hizo en tiempos más tranquilos, difícil va a ser lo hagan ahora. Lástima que nuestros políticos hayan perdido tanto tiempo y dinero en discutir sobre imposibles estatutos, leyes de lenguas y dialectos, diálogos inútiles con terroristas, cambios de nombre de calles y chorradas por el estilo.
celebrador, Leodegundia, Rafael La justicia es ciega, pero tanto como para soltar al delincuente y encarcelar a la víctima?
Recuerdo un caso concreto que le ocurrió a un compañero de trabajo.
Vio a dos policías nacionales corriendo detrás de un delincuente, no se lo pensó dos veces y le puso la zancadilla, cuando llegaron los policías y lo esposaron le dijeron a mi compañero «este hombre se ha caído, ya que si decimos que usted le acaba de poner una zancadilla, el delincuente que estaba robando un coche, en comisaría saldría a los diez minutos y usted tendría verdaderos problemas, acusaciones e incluso tener que pagarle los gastos médicos del golpe que acaba de recibir por «caerse», si no le importa no tomamos su nombre por habernos ayudado»