Como la historia de San Valero, festividad local en Zaragoza capital, la he contado muchas veces, me voy a limitar a daros un poco de envidia.
Ayer mañana en la reunión que hacemos antiguos empleados de Telefónica que hemos trabajado en la radio, uno de nosotros ha llevado al almuerzo el roscón que aparece en la foto.
Inmediatamente me ha surgido la idea de que al que le tocara la sorpresa, pagara el roscón en su totalidad… pero han empezado a surgir los primeros comentarios, «la sorpresa es muy gorda?, se puede tragar sin dificultad?…»
Ante semejantes comentarios hemos quedado en pagar el roscón entre todos, pero me ha recordado una anécdota totalmente real que me sucedió un día de Reyes o San Valero, -no recuerdo exactamente-, haciendo guardia en mi puesto de trabajo.
Es una anécdota que se suele contar como historia de humor pensando que eso no ha ocurrido nunca, pero en este caso la historia es totalmente cierta.
Hace ya bastantes años, estábamos 8 ó 10 personas de guardia, y quedamos en comprar un roscón para desayunar, con la condición de que al que le tocara la sorpresa, tenía que pagarlo en su totalidad.
Dicho y hecho, después de que una persona salió a comprarlo a una pastelería cercana, lo dividimos en partes iguales, mirándonos unos a otros para ver a quién le había tocado la figurita.
Se terminó el roscón y la figura no había aparecido, así que pensando que se les había olvidado de poner, -no es muy normal, pero en ocasiones ha sucedido- lo pagamos a partes iguales, pero… un par de meses después uno de los que habíamos participado en el reparto del roscón, se confesó ante otro compañero. Se la había tragado para evitar pagar todo el roscón. (Insisto total y absolutamente cierto)
La sorpresa que suele salir es de cerámica, antes también podía ser de vidrio y del tamaño muy similar a la uña del dedo gordo de la mano, en el caso de ayer es la que aparece en la segunda imagen, que por cierto me la llevé yo, no porque me tocara, simplemente por ser el que había lanzado la idea de pago total, incluso como sobraba roscón y para evitar que lo tiráramos me comí cuatro o cinco trozos y es que sinceramente para derroches no está el panorama y mis compañeros me «animaron» a no desperdiciar nada.
Imaginate que se atraganta y le hacen una radiografía. Hay gente para todo.
Jesus Me temo que los rayos no detectan la cerámica, por lo menos el vidrio, salvo excepciones. Esto último lo se, ya que un hijo mio se tragó un tozo de vidrio de una botella de refresco y la única solución que nos dieron que comiera durante tres o cuatro días espárragos para que recubrieran el trozo de cristal y que no dañara las «tuberías» por la que pasa.
No ha sobrado nada del roscón…
Jesus Estas cosas se «gastan» rápidamente, no me explico el motivo.
Debe ser muy caro el roscón como para no querer pagarlo, ja, ja… Tiene una pinta buenísima. Abrazos
Ligia Hay gente muy tacaña y son capaces de hacer cualquier diablura para no tener que pagar algo. Entonces no recuerdo lo que costaba, ahora un poco más grande va desde 10 a 18 euros dependiendo de si lo compras en una gran superficie o en una pastelería de reconocida solvencia.
Abrazos
Buenas tragaderas tenía el del roscón… Tantas como ciertos políticos para otras cosas.
Senior citizen Hay figuritas un poco mayores que un comprimido grande de algún medicamento.
Los políticos más que tragaderas que también las tienen, son sus bolsillos los que son enormes y caben desde un cuantos, muchos, billetes de 500 euros a coches de 100.000 euros con todos los extras imaginables.
Que moral 🙁 Menos mal que no son muy grandes.
Ya he visto que » casi » llegas a la inauguración 🙂 y yo que vivo allí me enteré por la radio y bajé hacer las fotos ya no estaban las «fuerzas vivas» del pueblo
Buen jueves.
Un beso
Laura. M Mas moral que el Alcoyano que iba perdiendo 12-0 faltaban 5 minutos para terminar el partido y pedía prórroga para conseguir el empate.
Con respecto a la inauguraciones, los tengo muy bien enseñados, me esperan para publicar una crónica o sacar unas fotos, aunque a mi no me gusta nunca salir en ellas. Es decir que casi nos vemos allí, pero es que teníamos prisa para que no se fuera el que nos iba a pagar la comida y algo más.
¡¡Vaya pinta más rica!!!
Si, recuerdo la historia que nos contaste sobre ese día y el comprar un Roscón.
La anécdota de tu compañero que se tragó la figura por no pagarla, puffff, tan caro vale??? Es una pregunta retórica, claro, que no merece la pena el daño al estómago e intestinos, pobre hombre!!!!
Porque el tamaño de ese gracioso dálmata, no será grande, pero no parece muy pequeño tampoco.
A disfrutar del día!!
Besos.
Nélida Imagina si tendrá buena pinta que alguno hasta los dedos nos chupamos. Lo del precio, no es que sea caro, pero hay algunos que por no pagar hacen malabares con la sorpresa. El dálmata aproximadamente del tamaño de la uña del dedo gordo de una mano.
Gracias, aunque a esta hora 17, 30 se ha nublado y el Cierzo empieza a soplar fuerte, San Valero, Ventolero.
Besos
¿Sabes que ese roscón tiene una pinta envidiable? Yo soy un adicto a los roscones, por Reyes, san Blas y creo que algún día más festejamos en casa este auténtico regalo para el paladar. Luego está el tema de «la haba», si te escogurzas los piños con la voraz dentellada asestada al cremoso pastel y te encuentras el cacharrico que directamente te conduce a abonar el gasto…, que no te pase nada. Además de pasar por el dentista el cachondeito de la familia por ser doblemente pagano.
Frajayo En la actualidad hay pocos sitios que metan un haba en el roscón precisamente por lo que comentas, es muy fácil de tragar y si no vas con cuidado terminas en el dentista.
Por cierto a mi los roscones me gustan y por eso pruebo muchos para conseguir alguno que la parte central esté rellena de nata, crema o similar, algo distinto que el aire. Pero de momento…
Eso es una tradición en Madrí. Antes hacían los roscones con habas y claro, la gente se las tragaba para no pagarlo. Hay una anécdota no confirmada que don Ramón del Valle-Inclán se fue al pastelero a reclamarle, y este le dijo que si quería le ponía el haba con una tira de corneta alrededor, para que quedara claro que él la ponía.
y de ahí vino lo de «craneo previlegiao» que le corearon al fondo.
Anarkasis Pero que lista eres, ya sabía yo que eso del haba lo había vivido en algún sitio y es que como Ramón Valle y Peña en la actualidad, Ramón del Valle-Inclán, me solía llevar con el para que le llevara, entre otras cosas la impresora, unas cuantos tipos de letras y cartuchos de distintos colores ya que quería destacar en la escritura y no se si al final lo consiguió, ya que harto me tuve que buscar una empresa solvente, debido a que no me pagaba ni el salario mínimo. ¡¡Estos escritores…!!
«El ventolero», oye, y que no falla !!
Feliz día y feliz roscón.
trimbolera En Jaca no lo se, pero a media tarde en Zaragoza se ha apagado la luz, para poder con la energía sobrante, empezar a mover todos los ventiladores que el Cierzo tiene distribuidos por todo el valle del Ebro.
Gracias, no te invito, ya que de casi tres roscones, no queda nada.
jajajaja Te pusiste morao, que envidia… 🙂
Salud
Genín Es cierto, siempre me han gustado los pasteles, tartas, roscones y similares y sin embargo cuando tomo café, suelo echar la mitad del sobrecito del azúcar que te dan, ¿motivo?, la verdad es que no lo se, únicamente que me resulta desagradable el café, la leche o el té excesivamente azucarado.
Saludos
Me acuerdo del roscón del año pasado, creo que puse el dedo en la nata. Que aproveche
Gracias Ester, pero ten cuidado que la nata tiene periodo de caducidad e igual ya la tienes que tirar.
Abrazos
En mi tierra la sorpresa del roscón, que aquí sólo lo hacen en Reyes, al que le toca lo convierte en rey, es el que encuentra la faba el que tiene que pagar el del año próximo.
Calandra Lo del haba o la faba, no lo he conocido nunca, al menos no lo recuerdo, siempre ha sido simplemente la sorpresa y en teoría al que le tocaba tenía que pagar el roscón que nos habíamos comido.
Este año en la Plaza del Pilar, la sorpresa ha sido que en las primeras degustaciones el alcalde Juan Alberto Belloch era el que entregaba uno de los 20.000 pedazos que con chocolate incluido, en vaso aparte por supuesto, se comían grandes y chicos en la festividad de San Valero.
Los más de mil kilos endulzaron la mañana a más de 20.000 personas que se mezclaban entre los más de 1.600 niños que se deslizaron por el Tragachicos, con las 2.800 personas que decidieron visitar las salas municipales o las 3.250 que optaron por entrar a la Lonja.
Yo en casita, que no me gustan las aglomeraciones.
Y luego nos quejamos de llegar al buen tiempo con dos o tres lorzas de más… ¡Pero si nos pasamos el invierno bocado va, bocado viene…!
(…pero qué rebuenos están los roscones valeros y las coronetas vicentianas, 😀 )
P.S.- Uno igualito al de la foto (pero con relleno de crema) nos zampamos entre tres; oye, y que no había sorpresa.
Una mirada… A ver, que yo me entere, ¿quien de los tres tuvo que ir al médico a que le mirara por rayos, para saber donde se le había atascado la sorpresa?
No había sorpresa. Antes de catarlo, levantamos la parte de arriba para sacar el «paquetito» y no encontramos nada. Pensamos que, al igual que las coronas de San Vicente, los roscones de san Valero no contenían «artículos» no comestibles.
Una mirada… Me gustaría saber quien de los tres había seguido un cursillo por correspondencia de ilusionismo o magia, no obstante mejor lo dejamos en que no había algo no comestible.